domingo, 28 de mayo de 2023

DELICIOSAMENTE NOCIVO





Ilustración y prosa de Oswaldo Mejía.


  (Derechos de autor, protegidos)



¿Qué puede ofrecer el gran farsante que dice volar, si a duras penas camina dando tumbos?

¿Qué puede dar un falso prestidigitador que extravió su habilidad manual para juguetear con la baraja?

¿Qué podría brindar un guerrero sin armas, y que siempre huye, sin siquiera saber de qué?

… ¡Nada!

El farsante no nos sirve. Es inútil.

… Aunque no logre engañarnos, él es una mentira latente.

¡No es ángel, ni mago, ni valiente luchador!

… ¡Es sólo un orate, un soñador alucinado con alma de niño y el pellejo arrugado!




(Pieza única. Año 2014. Medidas: 80 X 53 cms. Precio $.600 dólares americanos)


PASOS ATRAS




Ilustración y poema de Oswaldo Mejía.


  (Derechos de autor, protegidos)



¡NO QUIERO VEEEEER!

Sopla el viento, necio es su poder.

Esferas de cristales, fluyen en tropel.

Si matan al talento, no quiero ver.

Si matan al talento, caerá el corcel.

El Rey es ciego y de cerdos su ley.

No sé a quién orar ¿Por qué lo voy a hacer?

Si matan al talento, no quiero ver.

Si matan al talento, caerá el corcel.

Mis alas han volado donde se muere la luz.

Lascivas mariposas, han hurtado el mar azul.

No quiero ver caer al corcel

vociferando:

¡EXISTOOOOOO!




(Pieza única. Año 2014. Medidas: 80 X 53 cms. Precio $.600 dólares americanos)


JUEGO DE LOS INTENTOS




Ilustración y prosa de Oswaldo Mejía.


  (Derechos de autor, protegidos)



La interminable carretera se internaba en la penumbra apenas rasgada por tenues iluminaciones mortecinas de color violáceo. En la lejanía, la negrura se engullía el escueto paisaje. Nunca estuve aquí, sólo recuerdo mi miedo. Todo era desolación, y lo desolado siempre apalea al alma.

Un par de luces, como ojillos de felino nocturno venían de allí dirigiéndose hacia allá. Cuando pasaron delante de mí, vi que eran las luces de un bus narigudo con formas redondeadas. Entonces se encendieron sus luces de salón, lo que me permitió visualizar a tres niños de roca en su interior; no se movían, pero tenían en sus caritas una expresión que era la personificación del pánico; sentí mucha pena por ellos. El vehículo pasó raudo y apenas atiné a cubrirme el rostro con las manos.

Cuando descubrí mi rostro y recuperé la visión, me deslizaba por la carretera a mucha velocidad, valiéndome de unas largas piernas que, por su flexibilidad, parecían ser de caucho. En mi ruta me encontré con una joven que, con apenas la luz de un farolito, escribía sobre la piel del depilado lomo de un cerdito, mientras este comía hojas de papel en blanco.

- ¿Has visto pasar un bus que en su interior lleva a unos niños de piedra con mirada de pánico? - Pregunte.

*-Por aquí jamás pasa nada ni nadie; tampoco estás tú aquí, ni estoy yo, ni esta mi cerdito, ni el farol, ni los papeles en blanco. Todos hemos sido olvidados y los olvidados jamás tienen lugar, en ningún sitio. Si tienes ansias de ser y estar, toma mi mano y rebobinemos nuestro andar.

Y así anduvimos de regreso…





(Pieza única. Año 2014. Medidas: 80 X 53 cms. Precio $.600 dólares americanos)


viernes, 19 de mayo de 2023

ANTENAS TRAS FEROMONAS




Ilustración y prosa de Oswaldo Mejía.


  (Derechos de autor, protegidos)



-El tiempo se ausentó desde que decidí enterrarme entre los muros de esta noche; los absorbo y me hundo en ellos una y otra vez… de ellos me nutro. Quizás sea porque compartimos la misma orfandad de luna y estrellas.

**-Te miro…Te observo…Te espío desde la omnisciencia que los orates nos permitimos arrebatar a la realidad para convertirla en sueños.

-Aquí soy la solitaria dueña de las provocaciones y los placeres. Me pierdo entre estas paredes inexistentes, cual lujuriosa estampa que desafía la cordura mientras humedece las ansiedades que se deslizan por mis dedos.

**-Quizás no es cierto que puedo leer tu mente; mas no importa…si yo me auto conferí el poder de inventar tus pensamientos

-La luz que aquí, alguna vez acarició mi piel, la devoré toda. Sólo la oscuridad puede brindarme la complicidad necesaria para mis propósitos que, ante cualquier claridad serían sentenciados como pecaminosos.

**-Desde mi posición de observador, soy tu inefable e intangible compañero, aunque para ti tenga el olor de la inexistencia.

-Ni soy ángel ni soy demonio. Apenas si soy un ente que solaza entre lo humano y lo divino con mi sincera y pura desnudez. Aquí soy libre, autentica, e impredecible. Aquí nada puede detener el vuelo de mi esencia.

**-Te he creado y diseñé este espacio-universo para que retoces en libertad plena mientras te observo para mi deleite…

-Lamento decirte que siempre supe que estabas allí, oteándome con tus encendidos ojillos de depredador ansioso, atento a mis movimientos y provocaciones, mas no quería quebrar este hechizo que a ambos nos da vida.

**-No entiendo. No comprendo ¿Te estás refiriendo a mi como si tú tuvieras el control de este contexto que a mí me pertenece…?

-Si eres el Creador, o eres la Creación, es una nimiedad sin importancia. Sólo dedícate a escribir sobre este oscuro mundo que me esfuerzo por hacer girar para que tú tengas vívido el motivo de tus versos.

**-Está bien… Pero reservaré el último verso para contar, cómo un sueño hizo despertar al soñador entre los muros de esta noche.




(Pieza única. Año 2018. Medidas: 80 X 53 cms. Precio $.600 dólares americanos)


GALLETITAS CON ROSTROS ABSURDOS




Ilustración y cuento de Oswaldo Mejía.


  (Derechos de autor, protegidos)



Quizás era la edad, o quizás alguna enfermedad del alma, pero cada vez le era más dificultoso dar el siguiente paso; por ello, apoyándose sobre aquella vara de madera negra que usaba como cayado, solía pasear por aquella esferita que algún Dios burlón le asignó por mundo.

Entre la soledad y lo estrecho de su espacio, era imperante refugiarse entre la fantasía, y para ello el gigante con sonrisa de niño era muy proclive.

Mientras duraba el día y estaba despierto, se inventaba juegos y realidades alternativas en las que se adjudicaba poderes y facultades imaginarias, en complicidad con su alucinante mitomanía.

En esos estados había logrado auto convencerse de que si olvidaba algo, le bastaba con caminar de hacia atrás, de espaldas, hasta llegar al lugar donde ocurrieron los hechos olvidados, y luego re andar y recordar los acontecimientos… Juego estúpido y manipulado, pues siendo él, juez y parte, siempre acertaría en lo recordado.

Una tarde, cuando ya el ocaso empezaba a negrear el cielo, regresando de su rutinario paseo alrededor del aproximado centenar de metros que media la circunferencia de su exclusivo mundito, halló en la vera del camino, en posición de sentada, a una decolorada muñequita de trapo, de carita regordeta, amplia sonrisa dibujada, e hilos de lana azabache fungiendo de cabellos, que caían con mucha gracia sobre su pecho y hombros.

En un mundo dominado por la fantasía, sería más que un sacrilegio exigir explicaciones sobre el porqué o de donde procedía lo que se le presentara. Por ello, sin mediar palabra o interrogante, la cogió con delicadeza entre sus manazas temblorosas; la estrechó contra su pecho y acarició los filamentos de lana azabache que coronaban su cabecita; ello con la ternura y devoción que sólo puede inspirar el tocar a un ángel. Así, con su muñequita pegada al pecho enrumbó hacia el cubículo que le servía de refugio, pletórico de una inusitada euforia.

Apenas atravesado el umbral de acceso a la casucha, el gigante con cara de niño, estiró sus brazos hacia adelante, con la muñequita asida por el tórax; como para verla en toda su plenitud física la puso frente a sí. El temblor descontrolado de sus manotas se reflejó en las piernitas, bracitos y cabecita de la muñequita contagiándoles un movimiento pendular. Entonces el gigante preguntó - ¿Quién eres realmente? ¿A quién perteneces? - Lógicamente, no hubo respuesta alguna…

- ¿Por qué no me respondes? ¿Tienes miedo de mí, o le temes a alguien? Es posible que ni existas, y sólo estés en mi imaginación… O quizás tienes la enfermedad del silencio… si es así, intentaré curarte. La Mandrágora tiene el poder de curarlo todo-

“Cuando un ahorcado despide su última exhalación, al mismo tiempo eyacula. Si su semen cae a tierra, este se introduce en el subsuelo, y centímetros más abajo hace germinar un tubérculo con retorcidas formas que remedan a una pareja de cuerpos humanos en posiciones coitales. Quien sea frotado con esta raíz, la milagrosa Mandrágora, será curado de todos sus males.” 

El gigante se cubrió con una manta para protegerse del frío nocturno y salió de la casucha caminando hacia atrás, de espaldas, en búsqueda de un tiempo y un lugar que él se inventó como escenario donde alguna vez ahorcaron a un villano.

De aquí para allá anduvo en la oscuridad, siempre hacia atrás, de espaldas; hasta que al fin se detuvo diciendo -¡Aquí es!- Y empezó a excavar con sus temblorosas manos, hasta que halló y pudo desenterrar el tubérculo que estaba buscando. Este tenía la forma de una grotesca pareja humana en la posición coital de “El Misionero”. La envolvió entre su manta y emprendió el retorno a casa.

En el interior de la casucha, embargado por una ansiedad desmedida, frotó con la raíz, cada centímetro del cuerpecillo de la muñequita. Luego de su minuciosa tarea volvió a las preguntas: - ¿Quién eres realmente? ¿A quién perteneces? ¿Por qué no me respondes? ¿Tienes miedo de mí, o le temes a alguien? -…Lamentablemente tampoco hubo respuesta alguna…

Tomó a la muñequita con su mano derecha, con la izquierda se sujetó al cayado, y salió a la intemperie, caminando hacia atrás, de espaldas. Así llegó hasta el lugar donde, por la tarde halló a la muñequita. La colocó en la misma posición en que la encontró, y regreso a casa con los ojos llorosos, y con la convicción de no volver a jugar jamás el juego de caminar hacia atrás, de espaldas, en busca de recuerdos.

“Es mejor olvidar para siempre lo que no tiene respuestas a interrogantes tan simples”




(Pieza única. Año 2014. Medidas: 80 X 53 cms. Precio $.600 dólares americanos)


miércoles, 10 de mayo de 2023

DELIRIOS PARA KHARONTE




Ilustración y prosa de Oswaldo Mejía.


  (Derechos de autor, protegidos)



Corro y corro; no sé si persigo o soy a quien persiguen, no hay chance de averiguarlo, sólo obedezco a mi ansiedad. Quizás huyo del hambre persiguiendo una presa aún invisible, o quizás huyo de un depredador para no ser devorado.

No recuerdo en qué momento empecé a correr. Me encontré conmigo en plena carrera y no quise ni me quiero detener. Aquí a la vista, no hay nada, pero si me detengo… ¿Cómo llegar a algo? Debo seguir, debo seguir. En la oscuridad y entre el murmullo de mi demencia, me ha parecido oír un -“¡Lo hicimos!”- Sin detener por completo mi carrera, volteo hacia el punto de donde debió provenir la voz, hubiese querido hallar a alguien o algo que abrazar; soy un dérmico, y como tal me agrada sentir otros brazos rozando los míos, pero no hay nada ni nadie.

Debo seguir corriendo… o me quedaré eternamente en esta nada.




(Pieza única. Año 2014. Medidas: 80 X 53 cms. Precio $.600 dólares americanos)


COLORES VINO Y MIEL PARA MIS CIELOS





Ilustración y prosa de Oswaldo Mejía.


  (Derechos de autor, protegidos)



Déjame contarte una estúpida historia de amor, tan tonta como llorar por lo que se amó y se perdió por no saberlo cuidar:

“Estaba el aprendiz de humano, tendido sobre la losa fría, tiritando; más su hipotermia era del alma. La posición fetal adoptada era una vana forma de buscar auto entibiarse. El dedo pulgar en la boca, era síntoma del ansia de conexión con su origen.

Un ángel llegó provisto de falsas sonrisas y un farolito para supuestamente guiar sus pasos, mas su afán solo era alejarlo de afectos y atenciones ajenas. Para ello marcó territorio orinando a su rededor. Seguidamente, con sus nudillos dio tres toquecitos en la sien del aprendiz de humano:

-Hola

¿Hay alguien ahí?

¿Puedes oírme…?

Sé que te sientes mal, pero yo puedo aliviar tu dolor y conseguir que tus piernas troten otra vez-

El aprendiz de humano continúa recostado en posición fetal, sobre la losa fría, chupándose el dedo. El ángel partió con sus falsas sonrisas y su farolito, dejando sólo el olor de sus orines que aún se afanan en alejar los afectos y atenciones ajenas.





(Pieza única. Año 2014. Medidas: 80 X 53 cms. Precio $.600 dólares americanos)