Cabalgo desnudo entre la confusión.
Si quiero rascarme, no tengo cuerpo.
Si quiero llorar, no tengo ojos.
La musa de mi canto es la desesperación.
¡Locoooooooooooo!
Tu demencia soy, cógete de mí mano.
Cargando mis pellejos, camino hacia atrás.
Rodé por un embudo, estoy loco a rematar.
La noche es más espesa, ha huido el resplandor.
Estos gritos silenciosos han quebrado mi razón.
¡Locoooooooooooo!
Tu demencia soy, y he regresado por ti.