sábado, 12 de noviembre de 2022

AFRODITA Y LOS JARDINES PARA EXTRAÑOS




Ilustración y prosa de Oswaldo Mejía.


  (Derechos de autor, protegidos)



Siempre vienen a visitarme estas criaturas con cabeza de engranaje. Vienen trayendo sus propios paisajes y con prepotencia reemplazan los míos. Invaden mis realidades.

En este momento están aquí. Me han sumergido en lo que sería un sub-suelo cuyo techo es una especie de alfombra, sobre la que existe un mundo cubierto de maizales y pastizales.

Aquí debajo todo está en penumbras débilmente alteradas por esa lucecita que se cuela a través del único resquicio, justo sobre el espacio en que me hallo sentado.

Las criaturas no me hablan, pues carecen de bocas. Tampoco sé si me miran; no les veo órgano visual alguno. Sobre sus cuerpos de niño sólo hay esos discos metálicos con los bordes dentados. Vinieron y están aquí por mí. Los discos sobre sus cuellos siguen minuciosamente la dirección de todos mis movimientos, como si fueran antenas receptoras de mis signos vitales.

Deseo mirar hacia afuera, a través de la abertura. Intuyo que allá afuera el aire no está tan enrarecido como aquí dentro ¡Sí! ¡Echaré una ojeada!

La alfombra-piso cede ante la presión de mis manos, y ahora puedo ver al detalle el esplendor del exterior, con sus maizales, sus pastizales y sus ruidos. Es un mundo real, normal, coherente. Sólo la presencia de ella se manifiesta como un exabrupto; como una figura arbitrariamente pegada a una realidad a la que parece no pertenecer.

Su desnudez es deliciosamente inquietante. Cada centímetro de su piel es una incitación a las caricias. Va y viene con paso lento mostrando la gracilidad de sus piernas; bambolea sus nalgas, y sus labios no dejan de sonreír. Las criaturas con cabeza de engranaje están agazapadas tras de mí. Ahora su atención está fijada a los movimientos de ella.

El hada se sentó sobre un montículo, y como por arte de magia, aparecieron dos avecillas de madera impulsadas por unos motorcitos que emiten un débil ronroneo, mientras juguetean entre los cabellos de la ninfa.

Yo volteé para mirar la reacción de las criaturas con cabeza de engranaje, pero estas ya no estaban. Entonces volví mi mirada hacia el lugar donde yacía el hada, y esta también había desaparecido. La realidad alternativa en su totalidad, se había esfumado.

Mi realidad ha sido retomada. Mi sillón… yo, los barrotes… el letrero con la palabra "Manicomio" inscrita en el, y la nada como única compañía... hasta que las criaturas con cabeza de engranaje decidan retornar con un nuevo paisaje, a invadir con su prepotencia mis realidades.



 (Pieza única. Año 2014. Medidas: 80 X 53 cms. Precio $.600 dólares americanos)


viernes, 11 de noviembre de 2022

ACEITES PARA LA VIGILIA




Ilustración y prosa de Oswaldo Mejía.


  (Derechos de autor, protegidos)


-Dime ¿Porqué permitiste que tu padre abriera tu cráneo y jugueteara con lo que tienes allí dentro? ¡Si sabes cómo es de distraído y olvidadizo! Ahora que desordenó tu cordura, serás parte de esa legión de errantes sin sosiego que vagan descalzos pisando las espinas del camino. O serás otro Ángel demente de los que reconocen su par etéreo entre los vericuetos de las cavernas del destino ¡Y todo por un tornillo mal puesto! O una tuerca olvidada…

*¡No es cierto, yo nací así! Hechicera por ti, y Ángel por ese orate divino que nos mira asustado desde su rincón, pensando que, quizás, la fantasía que me heredó pueda ser áspera.

-¿Y ahora dónde vas? ¿No sabes que los martes las niñas no deben usar botas, ni el color verde en los cabellos?

*Algo me dice que alguien que no conozco ni me conoce aguarda ansioso mi llegada, y no quiero ser impuntual. Ambos nos reconoceremos, pues llevaremos un periódico de pasado mañana en la diestra. Viviré una vida con él, y luego vendremos juntos para la cena. Guárdanos unos panes, pues hacer el amor siempre abre el apetito.

“Ella venía de Magdala, y él del otro lado del río. Ni bien se vieron, corrieron a abrazarse… Y fue entonces que hablaron la misma lengua”.



 (Pieza única. Año 2014. Medidas: 80 X 53 cms. Precio $.600 dólares americanos)


miércoles, 9 de noviembre de 2022

IDEA PARA UN BRINDIS


Ilustración y prosa de Oswaldo Mejía 
(Derechos de autor protegidos)






¿Pretendes arrebatarme la luz?

¿Pretendes sembrar en mí el temor a tropezar con mi propia cola?

No me pidas que sea sensato para atraer afectos.

Déjame seguir siendo el licántropo incapacitado para mirar hacia atrás.

Sólo aspiro a ser el animal de siempre. No quiero ser un simpático santo.

Déjame abandonar este estado de neurosis y temores.

No me pidas que sea coherente… no deseo convivir con mis herencias.

No siempre dos manos son suficientes para escribir una historia, pero sí es cierto que una basta para borrarla.

Quiero continuar siendo el lobo que deambula rebuscando la nada.

No estoy dispuesto a seguir cargando culpas ajenas sumadas a las mías.

Déjame devorar mis caramelos envenenados.

No me pidas que sea coherente… no deseo convivir con mis herencias.

No siempre que se apuñala a un ángel se mata su aletear. Hay veces que su magia vuelve bajo una tupida pelambrera gris.


                                         



 (Pieza única. Año 1988. Medidas: 80 X 52 cms. Precio $.600 dólares americanos)

HYRA


Ilustración y cuento de Oswaldo Mejía 

(Derechos de autor, Protegidos)




La horda venía del sur. Cual enjambre, cada vez eran más y no paraban de correr, siempre mirando hacia adelante. Únicamente voltearon para ver el nacimiento de su Reina, la voluptuosa madre dadora de vida, luego no pararon de correr. Miles de machos sementales copulaban sin cesar por cuanto orificio tenía la Reina… siempre a la carrera…

Ella, insaciable, acogía a todos. Quienes eyaculaban, caían rendidos y eran pisoteados y devorados por quienes venían detrás. Al igual que las piernas en trote, el festín de sexo nunca se detenía. Sólo la Reina ponía los huevos que posteriormente, serían más miembros para la horda. A la sazón había que mantener su fertilidad latente… siempre a la carrera…

Miles de manos escamosas llenas de polvo, mugre, sangre y babas, contribuían a excitar a la dadora de vida manoseando cada centímetro, cada pliegue de su piel... siempre a la carrera…

De los millones de huevos que de la Reina brotaban, muchos eran pisoteados y devorados por la horda. Los que lograban salir ilesos eran rápidamente acogidos y abrigados por obreros eunucos cuales madres sustitutas que, con el calor de sus cochambrosos cuerpos, los ayudaban a eclosionar…y la carrera de la horda continuaba. Copulando, dando vida, tragando restos, empollando huevos y siempre corriendo. Todo era una constante, solamente variaba el volumen de la horda, cada vez más numerosa, y las piernas de la Reina. La carrera había desgastado sus pies y ahora sus extremidades inferiores terminaban en los tobillos. A cada paso, la fricción limaba músculos y huesos. El olor de la sangre estimulaba a los machos sementales, aumentando el frenesí. Cada paso era una tortura para la Reina, mas su avidez de sexo no decaía. Las pantorrillas habían desaparecido y la dadora de vida corría sobre los muñones de sus muslos sangrantes, pero no cesaba de copular y producir huevos… siempre a la carrera…

Cuando ya no quedó resquicio de piernas, la Reina cayo de bruces, más la inercia que imprimía la carrera de la horda, continuó arrastrándola por varios kilómetros. Cuando por fin se detuvieron, la otrora dadora de vida apenas si era una masa sanguinolenta, y sin embargo, los machos sementales continuaban copulando los restos que de ella quedaban. Sólo detuvieron su macabra orgía cuando los obreros eunucos mostraron a la recién nacida, sucesora de la Reina. Entonces se reanudó la carrera, la cópula insaciable, la producción de huevos y la tragazón de restos… siempre a la carrera…



(Pieza única. Año 1988. Medidas: 80 X 40 cms. Precio $.600 dólares americanos)






CÓMO SE GESTA UN DEMENTE- Novela autobiográfica.


Novela autobiográfica de Oswaldo Mejía 





La extraordinaria obra de Oswaldo Mejía es un descarnado testimonio, una gran pieza, llena de pasión y lo más valioso: Testimonio de una vida apasionada por el arte y la belleza surgida de la pluma de un artista plástico, no de un biógrafo, siendo esta su opera prima que sale de los parámetros de lo subliminal que siempre lo caracterizó como escritor.

 

Así mismo, el lector comparte de una manera sensible e intelectual, los dolores y sufrimientos de su autor, que fueron transformando su arte, desde la escultura, la música -otra de sus pasiones- y sin duda, su expresión pictórica, logrando empatarla con los propios. Indudablemente, una obra maestra dentro del género autobiográfica

Myriam Jara - Editora.

 


PROLOGO

Oswaldo o “La imperiosa necesidad de  contar lo que en su interior sucedía”

 

Ten cuidado al leer este libro, puede modificarte la vida, su autor logra meterse en tu piel. No es un mago, es algo más profundo: un artista del Eros. Lo aquí escrito es una vida increíble. Me apasionó leerla, al mismo tiempo imaginarla, querer intervenir en su trama y al final darme cuenta que es un entramado que está en cada uno de nosotros de manera diferente, aunque equivalente:

dolor y placer son un universo que nos une. Desde  que  empecé a  leer  quise  asomarme  más  a  ese  mundo  apasionante  y apasionado: a pasión hado. Por si fuera poco Oswaldo en cada uno de sus capítulos me fue mostrando obras pictóricas que de una u otra forma pertenecen en inspiración a cada uno de los instantes narrados aquí, o por lo menos así lo siento o como él dice: “Estimula sensaciones y yo me encargué de participar plenamente en la interpretación del mensaje pues éste es emitido desde un estado casi inconsciente que lo lleva a plasmar visiones que le son dictadas y sugeridas desde ámbitos extraños y ajenos”. Cada obra suya es un momento de su vida relatado en letras, trazos y pinceladas por un alma ansiosa de más alma, de mayor Universo, pues se percibe que este le resulta pequeño. Me queda claro, Oswaldo es un hombre vehemente, un notable estudioso del alma humana, un artista de cuerpo y alma, cielo e infierno. Un peruano virtuoso y apasionado que nació con la revelación en la sangre y el talento en los ojos; sin duda también con la locura en la piel. Vive una vida en el arte que nos traslada por los caminos donde tus retinas jamás miraron nada y sin embargo, él de manera deliciosa y muchas veces seductoramente tóxica, nos muestra el todo de la nada. Por supuesto que no es un escritor formal, aunque su redacción sea impecable. Es un hombre que nos muestra esos momentos literarios, en este caso reales, donde se le presentó el impulso, donde unos muslos turgentes lo atraparon o la duda existencial de un brío salvaje lo arrebató.Ante este panorama sugestivo, no resulta raro encontrar en esta autobiografía que ahora está en tus manos y ya es parte de ti, momentos de una imaginación desbordada donde el autor nos narra la forma en que se entregó a descubrir una diferente posibilidad de vivir el erotismo u observar la existencia para crear con todo esto, un “Surrealismo destructeórico”, como él define su arte de decir el mundo. Oswaldo es una creación propia y de sus obsesiones, filias y fobias. Vive cual si el tiempo no existiera, sintiendo que la vida es lienzo. “Tengo el poder de arrancar mi cabeza y tirarla a rodar por los caminos sabiendo que, cual boomerang, volverá a mí, cargada de las visiones que percibió en su recorrido”.Desde su niñez es un perito en el arte de lo prohibido y lo rebelde. Del dialogo con lo erótico, con aquello que está prohibido a los espíritus mojigatos. En segundos recorre desde los antiguos rituales incas fincados en su cosmos inconsciente, hasta el último de los días del universo. Ha creado una nueva mitología de colores, formas turgentes y ahora letras. Es un hombre que puede reírse de los significados y significantes, pues él siempre crea esencias paralelas y asociaciones libres. Ahora ha convertido su vida en un relato apasionado y apasionante donde él es protagonista de la rebelión y del erótico instante del encuentro con los cuerpos ansiosos, jadeantes y sedientos de otro cuerpo afín en placeres. Su historia produce conmovedores encuentros, inhumanas revelaciones, venenosos descubrimientos. Leerlo incita y apasiona. Es un hombre que logra ver lo que existe más allá de cualquier miedo. Al parecer vino al mundo a experimentar pasiones de todo tipo, a prender y aprehenderse. Un artista que ha convertido su vida en una experiencia trascendente, tanto que él mismo crea su propio mito: obligación erótica de cualquier artista que ha sido capaz de visitar la fantasía. Algunos lo consideran un loco porque es un autor que nunca inclina la cabeza ante la realidad. Es la imperiosa necesidad de contar lo que en su interior sucede. Un viajero “paridor” de nuevas estéticas de tiempos y mundos con ritmo de rock. En síntesis, Oswaldo Mejía es un ordenado desorden cronológico, un creador y a la vez contendiente de “boquicéfalos”; un mágico desertor de la realidad mediocre; producto quizá de cuatro mil años de vagancias y divagancias. Ahora se ha encargado de ser el nombre terrenal de un “Semi-Dios” protegido por “tres lunas ninfómanas” que “ha caminado cuatro mil años en un mundo de trece metros cuadrados, indivisible, esencial; creado por sí mismo, simplemente porque Él se lo ha encomendado.

MIGUEL ÁNGEL DE BERNARDI 

Agosto de 2012- México DF

 

NOTA DE AUTOR

En esta autobiografía, partiendo desde mi infancia y hasta la actualidad, he ido evocando los momentos más dolorosos sin obviar los placenteros pues todos ellos han gestado lo que muchos consideran “Arte Demencial” más yo les digo que no es así, que no soy un demente (el título es a modo irónico), simplemente soy un artista que se expresa sin censuras desde lo más profundo de su ser. Lógicamente, las experiencias vivenciadas han dejado huellas en mi alma, en mi estructura psíquica y si bien son imborrables, no menos real es que al volcarlas en este libro no sólo consigo superar los traumas sino que, esencialmente, quiero decirte, amigo lector, que muchos han juzgado mis ilustraciones como inmorales pero yo no soy un obsesionado sexual ni un pervertido ni mucho menos, sencillamente  he  dejado  fluir  a  través  de  mis  pinturas  aquello  que  pugnaba por salir. Como bien ha teorizado Sigmund Freud, el inconsciente posee varias herramientas para exteriorizarse y necesario es que lo haga puesto que no es un saco sin fondo, tiene una capacidad limitada de almacenamiento, se va renovando el stock de traumas porque es eso lo que acumula y así se impone la necesidad de liberar contenido, como la memoria de un ordenador, para dar lugar a nuevos elementos. Siendo estos no plausibles de salir a la luz tal como son, se impone el uso de estas herramientas de “liberación” cuya elección no depende de nosotros. Podemos hacerlo a través de los sueños, de los chistes, de “actos fallidos” o bien “sublimizando”. Parece que esta última opción es la más conveniente para mí y lo hago a través de mi arte. Pretendo además, sin ser ejemplo para nadie, decirte que la vida está llena de obstáculos, que se cae, eso no se puede evitar, una y otra vez caemos pero amigo lector, yo pude levantarme tantas veces como fue necesario ¡TÚ TAMBIÉN PUEDES!Hoy  puedo  decir  con  orgullo “ESTE  HOMBRE  QUE  HA  PADECIDO  MÁS  DE LO  SOPORTABLE,  ES  COMO  UN  ÁRBOL  CUYAS  RAÍCES  SON  TAN  SÓLIDAS  QUE NI  EL  VENDAVAL  MÁS  PODEROSO  PUEDE  DERRUMBAR.  SOY  ESE  QUE  SIGUE PERSIGUIENDO SUS SUEÑOS. SOY ESE QUE SIGUE CREYENDO QUE EL IMPEDIMENTO NO EXISTE CUANDO SE COMPRENDIÓ A QUÉ SE HA VENIDO A ESTA VIDA. SOY ESE QUE ALGUNOS LLAMAN DEMENTE…

”Saca tus propias conclusiones, te entrego mi historia, ahora es tuya, ya no me pertenece.

Oswaldo Mejía

 




El libro consta de ciento veintiséis páginas y veintiséis ilustraciones a todo color de la autoría de Oswaldo Mejía, Todo impreso en fino papel couché semi- mate, y contiene una historia alucinante, que ningún artista o ser humano sensible debería dejar de leer.  

Entrevista a OSWALDO MEJÍA por Myriam Jara



Entrevista a: OSWALDO MEJÍA...“UN CREADOR 
DE MUNDOS MÁGICOS”






 Por Myriam Jara                                                                                              
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Camino a prisa, él, Oswaldo Mejía, me cita en una cafetería próxima a su estudio. A pesar del frío reinante no puedo dejar de apreciar el sudor de mis manos. Hombre de rostro adusto y fama de solitario empedernido que no suele salir de su “santuario”, ese lugar improfanable, me concede una hora de su tiempo. Voy con mi grabador y una guía de preguntas que él se encargará de invalidar pues la conferencia se torna un diálogo entre amigos. Cuando me ve entrar, se pone de pie y su porte, su estatura, no hacen más que amilanarme ¿Estarán mis preguntas a la altura de este “grande” del arte? Me da un beso, corre mi silla –un verdadero caballero- y ocupa su lugar. Pedimos dos cafés e iniciamos nuestra plática. Sus ojos de mirada penetrante destellan un brillo que deja al descubierto su cordialidad y calidez humana. Se esfuman el artista y la entrevistadora, me aflojo y pienso que puedo hablar con absoluta libertad pues se lo nota más que dispuesto para dar comienzo a la “conversación”. Repaso mentalmente la primera pregunta, al instante se hace innecesaria mi guía, será el mismísimo Oswaldo Mejía quien irá forjando con sus respuestas, la seguidilla de preguntas.

 

M.J. - ¿En cuál de todos lo géneros pictóricos se encuentra el tuyo y cómo lo definirías?

O.M - Creo que podría encasillarse en la corriente surreal-erótica aunque yo prefiero denominarla automatismo subconsciente ya que casi nunca trabajo sobre un concepto preconcebido. Suelo sentarme ante mi espacio-santuario de creación y me dejo llevar por los dictados que fluyen de manera descontrolada desde mi subconsciente en formas, de metáforas y simbologías que muchas veces ni yo mismo puedo descifrar.  Mi obra, tanto pictórica como literaria esta cargada de estas realidades alternativas que aparecen como sugerencias y estímulos para que quien esté frente a ellas pueda tener un diálogo activo consigo mismo y pueda ver y reconocer en su libre albedrio algunos tópicos que les serán dictados por su propio subconsciente.

 

M.J. - Sin embargo debés tener una fuente de inspiración, algo que lo movilice  ¿Verdad?

O.M - Mi  fuente de inspiración consciente, creo que debe ser la figura femenina. El desnudo femenino en mi obra es recurrente y hasta podría decirse que es invasivo. Siempre esta allí reclamando protagonismo.

 



M.J. - Observando tus ilustraciones se nota el exaltamiento del cuerpo de la mujer pero llama la atención que en la mayoría, ellas aparezcan sin rostro o con rostros que no son humanos, a veces parecen máscaras, otras tienen cabeza de monstruos e incluso, objetos que no son personificaciones ¿Cuál es la causa, qué parte de tu inconsciente asocia estos elementos emblemáticos con la anatomía humana? Porque debe haber una explicación, eso creo.

 O.M - En realidad ese tema requeriría de un psicoanálisis exhaustivo pero intentaré dar una explicación desde mi posición indocta: Mi hablar artístico es producto de los muchos momentos traumáticos que me deparó la vida, traumas que luego sublimicé en mi arte. Aunque para mi propio asombro en mis últimos trabajos empezaron a aparecer mis personajes, con más frecuencia, con rostros humanos. Ello debe ser producto del cambio de mi subconsciente interpretación, visión y percepción de lo que me esta tocando vivir.

 

M.J. - Vale decir que tu inconsciente ya no se interesa por los recuerdos traumáticos sino más bien por un presente de bienestar emocional. Esto queda de manifiesto en el cambio de colores, más intensos, brillantes, matices alegres, por ponerle un adjetivo, además de la aparición de rostros femeninos,  muchos de ellos con semblante candoroso ¿Querés hablarme de ello?

O.M - Quizás no hablemos de ausencia de recuerdos traumáticos ni de bienestar emocional radicales pero si de una recomposición de actitudes y forma de interpretar la vida, lo que posiblemente me esté permitiendo tener mejor iluminación en mi universo subconsciente, y entonces mi hablar se haya tornado más colorido y con una visualización más objetiva de la naturaleza de mis personajes...

 

M.J. - A propósito de “hablar”.  Una de las cosas que llama la atención en tus creaciones es esa particularidad de acompañar cada una de tus ilustraciones con un texto, sea poema o prosa ¿Cómo y por qué surge esta convivencia, cuál es la necesidad que te impele a escribir textos que podrían considerarse casi como irrelevantes con la imagen?

O.M - Es que no son irrelevantes ni una ni otra. Cada una, prosa e ilustración se complementan y aunque parecieran no tener una relación lógica cada una es la llave que abre la puerta hacia los mundos alternativos que propongo y que en conjunto, como binomio, al final serán un paseo por el subconsciente de cada espectador.

 

M.J.- ¿Cómo se conjugan el artista plástico con el escritor?

O.M - Es la primera vez en mi vida que ocurre esta convivencia. Antes siempre ocurría que el artista plástico mataba al escritor, el escritor al músico, el músico al escultor, y así indistintamente se mataban para erguirse en la exclusividad. Ahora se les dio por convivir en armonía al escritor y al artista plástico. Mucho de mí y en mí está sufriendo cambios radicales.

 

M.J. - A mi entender, esto te convierte en un artista de vanguardia ¿Te considerás un artista de vanguardia?

O.M - Creo no ser yo el indicado para sindicarme como vanguardista, eso lo dejo como potestad de quienes tienen oportunidad de apreciar mis pinturas y mis escritos, pero si soy consciente de tener una forma muy particular de expresarme.

 



M.J. - ¿Considerás que has llegado a la meta o aún tenés  mucho por recorrer?

O.M - Sinceramente, creo estar recién en el partidor pero con muchos argumentos para empezar a correr. La meta la desconozco y tampoco la ansío, sólo deseo caminar, correr o arrastrarme… pero avanzar en este sendero.

 

M.J. - ¿Podrías hablarnos de tu formación académica?

O.M - Bueno, estudié en la Escuela de Artes Plásticas de la Pontificia Universidad Católica del Perú... Aunque podría gritar a los cuatro vientos que mi formación artística en la escuela fue defraudante y casi estéril. Yo desarrollé mis técnicas, filosofía y temáticas como un autodidacta.

 

M.J. - La frustración suele llevarnos a desistir del camino elegido, esto se da en muchos artistas  pero no fue tu caso, por el contrario, pareciera que te rebelaste, que te propusiste demostrar que no necesitabas de esa formación ¿Qué fue lo que te defraudó?

O.M - Yo fui a la escuela con una idealización de cómo y qué era un artista.  Yo me sentía un aprendiz de druida y esperaba hallar en la escuela a un druida mayor que me iniciara en este sacerdocio, sin embargo sólo hallé personas cumpliendo un horario y una labor remunerada. Jamás escuché a alguno de los profesores algo de su magia... esa palabra deslumbrante que yo quería oír, no la tenían...

 

M.J. - ¿Además de la frustración, te proporcionó, la Escuela de Artes, algún elemento como para que hoy tu arte se manifieste con tanta fuerza?

O.M - Los elementos que me proporcionó fueron uno que otro recurso técnico que no creo que haya sido determinante en mí hablar artístico.

 

M.J. - ¿No pudiste rescatar absolutamente nada de esos  recursos técnicos?

O.M -  Entre los elementos y recursos que me pudo proporcionar la escuela fue el tener la posibilidad de dibujar modelos desnudos al natural, en vivo, cosa que en esos tiempos no hubiera podido hacer de manera particular. Otro recurso que me suministró la escuela fue la lógica que se imponía en el curso de composición donde pasábamos horas, días y meses pintando cartulinas con temperas de colores diversos y que luego recortábamos con formas geométricas, círculos, triángulos, cuadrados y rectángulos que luego pegábamos sobre pliegos de cartulina buscando hacer abstracciones de movimientos y distribuciones armónicas en el espacio. Esto me sirvió para hacer mis composiciones aunque las figuras geométricas elementales  en mis ilustraciones son cuerpos- miembros y/o elementos de mis conceptos.

 

M.J. - Una buena utilización de algo tan fútil.  En cuanto al escritor, ya que ambos aprendieron a convivir, siempre desde el surrealismo, tu prosa entraría en el género fantástico ¿Hubo algún escritor en particular que te haya influenciado? ¿Sos escritor compulsivo o recibiste algo de sapiencia externa a tu esencia?

O.M - No sé si habrá sido una influencia pero me sentí muy cautivado por escritores como Edgard A. Poe, Gabriel García Márquez y Hermann Hesse. Esos temas fantásticos y metafísicos que ellos abordaban me resultaban apasionantes y muy familiares a mi subconsciente. Con respecto a que si soy compulsivo para escribir... creo que sí, escribo como si hablara. Lo hago por mi necesidad de expresarme y  escribir es un buen medio para hablar de mis visiones e interpretación de mis mundos. Esto debo agradecérselo a mi profesor de lingüística en la Escuela, él nos pedía que escribiéramos libremente lo que se nos ocurriera pero que especificáramos quién o cuál era nuestro público objetivo. Allí fue que escribí mi primer cuento sobre Artifex: "Artifex et societas"

 



M.J. - ¿Tuviste la posibilidad de dar a conocer tus obras en exposiciones o medios gráficos?

O.M - Vaya que sí. A los quince años expuse por primera vez, como todo un profesional, en una muestra colectiva en la galería “Equus” en Lima-Perú y de allí en muchas más: Expuse en la galería "Perú Art". Una muestra individual en la galería "Pancho Fierro". El año pasado participé en una muestra colectiva en la galería “Kontraste”, en Alemania, con once ilustraciones de mi autoría, y asi...

 

M.J. - ¿Incursionaste en otras expresiones artísticas o este es el límite?

O.M - Soy escultor, pintor, escritor, guionista, músico, historietista, comunicador y pregono ser artista pues estas manos que poseo no saben hacer otra cosa que arte.

 

M.J. - Manos prodigiosas, si me permitís el calificativo y un artista que no cesa de crear, evidentemente.

O.M - Mi arte es la interpretación y expresión de cómo asumo mi vida y humanidad, por lo tanto es dinámica y cambiante. Constantemente tengo nuevas cosas que decir y nuevas formas de decirlas.

 

M.J. - ¿Qué técnica preferís utilizar para ilustrar?

O.M - El aerógrafo fue un fiel compañero por casi 30 años. Actualmente utilizo herramientas digitales: Software Photoshop y una tableta digitalizadora. Aquí debo aclarar a los detractores del arte digital que yo no hago manipulación ni collages fotográficos sino que  dibujo y pinto en un ordenador como lo hace cualquier artista en un lienzo o papel.

 

M.J. - Interesante vocablo…Detractor… ¿Te sentiste censurado, incomprendido, juzgado por tu “surrealismo erótico” o en general hay una buena recepción por parte del público?

O.M - Reconozco que mi arte pictórico, más que mi literatura, es controversial y hasta polémico debido a su alto contenido erótico y sí, sé que para muchos puede resultar chocante. Más, mi obra se manifiesta a través de simbología y metáforas que buscan estimular en el espectador ese mirar hacia su interior. Yo no pinto sobre temas objetivos, todo es subjetivo en mi obra, es el espectador quien le da objetividad cuando ve en ella reflejado su interior. Entonces hallará en ella ángeles o demonios pero no son mis demonios ni mis ángeles, son los ángeles o los demonios que el espectador cobija en su interior. Han habido y hay algunas voces de intolerantes que  censuran mi obra porque preferirían que el tema de la sexualidad lo hablara en voz baja o solapadamente debajo de la mesa pero a ellos les digo: “Yo no me avergüenzo de ser un ente sexual...y lo mío ni por asomo es perversión ni pornografía, lo mío es arte" Otros han mal juzgado mi arte desde la incomprensión con una lógica sin argumentos, "Si no lo comprendo lo censuro". Otros critican que me exprese desde el arte digital pero estos son unos pocos colegas que creen que yo hago collages fotográficos y que no dibujo pero errados están. Yo hacía esto mismo en soporte físico y no digital, con un aerógrafo, desde mucho antes, sólo cambié de herramientas por afrontar una dolencia de la cual, en este momento prefiero no hablar.

 

M.J. - Respeto tu silencio y admiro tu capacidad de ser fiel a tus ideas  ¿Cuál es tu futuro de aquí en más, qué limites te impusiste? Si es que lo hiciste.

O.M - Jamás preconcibo mi futuro. En realidad no acostumbro a planear mi futuro. No soy religioso pero creo en esa fuerza que ordena el universo, y dejo que se me de lo que se me tenga que dar. Quien me dicta los mensajes que yo entrego es esa energía, esa energía que rige nuestra existencia. Estoy convencido de que mi rol es el de ser un simple mensajero. 

A modo de broma, me propuse culminar un millón de ilustraciones para dejárselas de herencia a mi única hija, si las puede vender a un dólar cada una, tendrá un millón de dólares de herencia

 

(Me obsequia una amplia sonrisa)

 

M.J. - Además de pintar y escribir, me hiciste mención de varias actividades afines ¿En la actualidad, están en vigencia esas otras actividades o quedaron relegadas?

O.M - Aparte de mis actividades ya mencionadas, soy artista gráfico, hago historietas por encargo para empresas a las que asesoro como comunicador y soy profesor de arte y humanidades en un colegio.

 


M.J  - Una amplia gama de posibilidades que sabés aprovechar muy bien. Me decís que sos profesor de arte y humanidades en un colegio y no puedo dejar de pensar en tu experiencia como alumno “frustrado”… Siempre digo que la vida nos da la revancha, esa nueva oportunidad de cambiar algo,  de ser parte activa del cambio que se impone para esta humanidad que asume el fracaso casi como un hábito adquirido. Hoy que estás del otro lado del mostrador, hoy que tu rol es el de brindar conocimientos, de educar ¿Vuelve a vos esa desagradable experiencia en la Escuela de Arte? ¿Qué les brindás a tus alumnos para que te recuerden como alguien generoso  que entrega lo mejor de sí en pos de los demás? Porque doy por descontado que eso es lo que hacés. Contame sobre esto y tu relación con los chicos, por favor.

O.M - Te cuento, doy clases de arte y humanidades a chicos en alto riesgo  conductual. Quien me contrató me dio plena libertad y autonomía para inyectarles mi filosofía a estos chicos. Estoy allí para eso, el curso de artes es sólo un pretexto. Yo me ocupo de enseñarles a soñar, intento cultivar o recuperar al ser humano que corre peligro de desintegrarse, converso con ellos de temas complejos de la vida pero se  los hago llegar como información. Estoy seguro de que si alguien de su deteriorado entorno social les hablara de lo mismo, se los haría llegar como mala información. Ellos me escuchan y les convencí de que quien les habla es un "Alfa". Me admiran y me aprecian. Suelo leerles capítulos de mi novela autobiográfica "Como se gesta un demente", quiero que sepan que fui y soy vulnerable como ellos pero que si caí mil veces al fango, no desaproveche las mil oportunidades de levantarme. En este rol de profesor que se me ha encomendado intento ser un mago de manos mágicas que con sus dedos toca a aprendices y los convierte en nuevos magos. Mis alumnos no deben irse vacíos de mí, tal como me ocurrió en mi paso por la escuela de artes.

 

M.J. - “Alfa”, interesante manera de definirte ¿Podrías ser más preciso? ¿Quién o cómo sería un Alfa cuando de un humano se trata?

O.M - ¿Sabes? Tuve una adolescencia y juventud muy violenta y azarosa. En medio de estas circunstancias fui destacando por ser un peleador de la calle, eso me dio ascendencia entre mi entorno más nunca fui abusivo, por el contrario siempre fui generoso, entonces me convertí en un líder, en un Alfa a quien la manada admiraba y respetaba. No fui un jefe, los jefes se imponen por la fuerza, por miedo o por dinero yo me gané el respeto de la manada. Lo mismo intento hacer con mis alumnos…

 

M.J. - Innegablemente, una vida rica en experiencias que supiste atesorar en beneficio tuyo y en consecuencia, del arte en general ¿Desearías darles una recomendación a  aquellos jóvenes que anhelan  manifestarse a través del arte pero temen fracasar?

O.M - El triunfo o el fracaso, creo que son relativos y subjetivos. Si empezamos este andar pensando en agradar para lograr conseguir bienes materiales, quizás se logre triunfar como vendedor pero como artista se habrá fracasado. El ser artista es un estigma fácil de ostentar pero difícil de llevar a cuestas, se reciben más palos que sobadas de lomo. A mi modesto parecer el artista nace designado para cumplir este rol. Si en algún momento teme fracasar es porque simplemente es un advenedizo que no lleva el estigma y no es digno de cumplir el rol. Déjame terminar esto con una frase de mi autoría: Pintor es aquel que con mayor o menor habilidad pinta y reproduce figuras y situaciones pero ARTISTA...es aquel que tiene el poder de crear mundos con su arte.

 

M.J. – Sabia definición…Sólo me resta darte las gracias por concederme parte de tu tiempo, sabiendo que no es justamente lo que te sobra.

O.M – Encantado, Ha sido un placer responder a tus acertadas preguntas.

 

Antes de retirarse, me obsequia una copia firmada de uno de sus binomios ...