martes, 8 de noviembre de 2022

ENTREVISTA A OSWALDO MEJIA, por E. Reátegui



Por Elga Reátegui




OSWALDO MEJÍA Y SU ARTE SURREAL FANTÁSTICO





"Sólo soy un creador delirante y demencial"




¿Cuándo aflora en usted el deseo de comunicarse a través del dibujo?
Cuenta mi madre que mucho antes de aprender a escribir, yo ya tenía la inquietud de dibujar. Pero dudo mucho que en ese momento fuese una necesidad de comunicarme. Creo, más bien, que fui precoz para aprender el vocabulario del dibujo y su relación con la forma. Fue cuando cursaba mis estudios secundarios, y luego de años de estar tentando y practicando como ‘deletrear’ y ‘elaborar oraciones con trazos y pinceladas’, que recién sentí esa motivación de expresarme a través del idioma del dibujo y la forma. Logré ‘hablar’ en simultáneo a través del dibujo y la escultura.
 



Tenemos entendido que comenzó su carrera haciendo dibujos infantiles en un diario, cuéntenos
Pues ese dato no es del todo exacto. Yo empecé publicando unos bocetos de esculturas surrealistas, con alto contenido erótico, en una revista para adultos, llamada “Z”. Esta oportunidad, me abrió un amplio espectro de contactos y relaciones que me llevó a realizar durante muchos años historietas, carátulas y también tiras de humor erótico. En aquellos momentos casi la totalidad de la obra, era completamente de mi autoría, pero también habían chistes que eran volteados y copiados de revistas extranjeras. Fue al extinguirse este tipo de revistas, allá por la década del 80, que buscando otros mercados, empiezo a armar y diseñar una revista infantil. Posteriormente, con una numerosa cantidad de páginas educativas y de entretenimiento bajo el brazo, y en compañía de quien sería mi socio y gran amigo, el Sr. José Tello Flores tocamos las puertas del diario“El Comercio”. Allí fuimos acogidos a sugerencia de quien fuese el Sr. Roberto Almandoz Ciurlizza y al poco tiempo, sacamos adelante el suplemento infantil “El Mundo Encantado”, el cual se publicó por varios años.
 


¿Cómo definiría su trabajo?
No me resulta fácil definir mi trabajo, pues este va evolucionando de una etapa a otra, lo cual hace que sea complicado hallar similitudes entre ellas. Muchas veces trabajo por encargo en proyectos que no dejan precedentes ni de forma, ni de diseño, ni de concepto. En mi obra personal, como lo es esta serie de ilustraciones surreal-fantásticas (las que acompañan la nota), mi labor creativa también experimenta una evolución muy violenta. Esto es así porque siempre estoy creando sobre mi estado de ánimo, el que va fácilmente desde la euforia hasta las más terribles depresiones.
 



¿Qué le ha aportado su arte?
Desde vivir con dignidad, en lo material, hasta liberarme de mis demonios internos, en lo personal y espiritual. Déjame comentar que con respecto a mi trabajo personal, cada vez que culminó uno de ellos, lo miro y lo veo extraño. Debo extraerlos desde lugares muy recónditos de mi mente, pues me asombran; lo veo ajenos a mi situación conciente.
 


¿Cuál su máxima aspiración en cuanto a su labor? 
Es seguir desarrollándola cada día. Quiero, continuar contando mis historias y fábulas oníricas a cuanto ser humano pueda… Y si en algún momento, lograra un reconocimiento a mi creatividad y esfuerzo, sería bueno, pero ello tampoco me quita el sueño. “Quiero ser… aunque no logre estar”. Traduciendo: Quiero ser un creador demencial y delirante, aunque nunca esté en las listas de los más cotizados o reconocidos.



Nos dicen que es un maestro con el aerógrafo, explíquenos.
Durante más de 30 años, he estado con un aerógrafo en la mano, día tras día. Por eso, mis amigos, que son muy considerados conmigo, dicen eso. Pero hace más de cuatro años que ya no pinto con aerógrafo debido a una lesión en la columna que me ocasiona un temblor descontrolado en la mano derecha, lo que me impide pintar en físico; aunque ya me operé y estoy en camino a recuperar mis facultades. A propósito, te comento que tengo el número del celular de Dios, ya he hablado con Él sobre mis padecimientos, así es que Él ya sabe lo que necesito.



¿Qué lo distingue de los otros dibujantes o ilustradores?
No creo que haya nada que me diferencie de mis colegas. En verdad, son muy pocos con los que me relaciono. Pero puedo decir de quienes frecuento, entre ellos, Julio Barreto, Karry, Luis Fernández, Javier Prado, Carlos Campos, Jorge Ramos Cajo, etc., que son una banda de locos geniales.
 



¿Se podría decir que su arte es poesía visual?
De eso no tengo ninguna duda. No solo mi arte, sino que mi vida misma, está pletórica de ribetes poéticos. Siempre trato de que mi arte, mis acciones, mis amistades, mi forma de amar y mi relación con el Órden Universal rimen y tengan un verso muy armónico.


¿Ha realizado exposiciones? ¿Cuántas y en dónde?
Sí. He realizado muchísimas exposiciones. Te contaré de las que vienen a mi memoria en este instanteExposiciones anuales durante mi época de estudiante en la Escuela de Artes Plásticas de la Pontificia Universidad Católica del Perú, colectivas de esculturas en la galería “Equus” y “Perú Art”; también una individual de dibujos y esculturas semi monumentales en la galería “Pancho Fierro”; una colectiva en la galería "Kontrast", en Westfalia, Alemania, también una individual en "El Centro Cultural Municipal de Huraz-Perú",  entre muchas otras.



¿Es seguidor o tiene especial admiración por algún artista plástico? ¿Alguien que especialmente lo haya inspirado?
En artes plásticas me gusta muchísimo las pinturas de Dalí y las esculturas de Giacometti .En ilustración, me encanta Frazetta.


¿Se siente realizado?
Vaya que sí. Siento que nací con el encargo de hacer esto, y gracias a la vida puedo hacerlo, y creo que no lo hago mal. 


Finalmente, ¿cuéntenos cómo es un día en la vida de un artista como usted cuando no está creando?
El problema es que no recuerdo haber tenido ningún día de mi vida en que me haya privado de crear. Tengo tantas facetas artísticas que atender, que no me puedo permitir la libertad de dejar de crear. Dibujo, pinto, hago escultura, escribo cuentos, compongo música y toco la guitarra en una banda cuyo nombre es "BREBAJE" , y es casi una leyenda en el ambiente del hard rock y el metal en Lima-Perú.







domingo, 3 de noviembre de 2019

DIALOGO CON LA LOCURA


Ilustración y prosa de Oswaldo Mejía.

 (Derechos de autor, protegidos)






Tu despertar fue aquí, en esta burbuja bendita donde la Ataraxia es dádiva por defecto, la ausencia de temores y necesidades. Puedes estar de cabeza y estás cómodo. La temperatura siempre es la ideal y tu alimento fluye por naturaleza… ¿Acaso es la sucursal del idealizado Cielo?

 

Han transcurrido treinta y seis periodos de siete días y de pronto tu paz se quiebra; todo vira hacia el caos. La burbuja que te contuvo ahora se estremece en violentas contracciones que estrujan tu ser: -¡Te presento al Dolor!- El espacio mismo te aprieta; no comprendes el afán de esa fuerza por desalojarte de tu Cielo.

Sumado al empuje que te está desalojando, otra fuerza proveniente del exterior sujeta firmemente tu cabecita y tira de ella con violencia, como si quisiera arrancarla de tu cuerpecillo. Ahora estás en un mundo nuevo; quizás frío, quizás caliente, pero indudablemente cruel, doloroso, hostil. No puedes respirar. Por primera vez te hallas cara a cara con la muerte: -¡Te presento al pánico!- No entiendes porque te hiciste merecedor a padecer esto.

Un golpe seco, con inusitada violencia se estrella contra tus nalgas. El dolor es intenso, aunque sirvió para desbloquear tu respiración. Estas jadeando, respiras sin ritmo; tu pecho, tu cabeza, tu alma misma parece querer estallar. Se te hace obsesivamente necesario el recuerdo de tu burbuja, la anhelas, extrañas su tibieza y su aroma ¡Si. Necesitas su aroma! Pero te están alejando de su ansiado olor; más lejos, cada vez más lejos: -¡Te presento a la soledad! Al abandono que aprieta, hiere y mata.

Es demasiado sufrimiento junto, es una tortura in crescendo que no cesa, deseas desaparecer, que todo culmine: -¡Te presento a la locura!- Ella será el mecanismo de defensa al que podrás recurrir cada vez que debas enfrentar lo insoportable.

¡Esto es la vida! ¡Acabas de nacer, maldito Demente!


 (Pieza única. Año 2013. Medidas: 80 X 53 cms. Precio $.600 dólares americanos)


ESCALERA PARA UN SUEÑO


Ilustración y prosa de Oswaldo Mejía.

 (Derechos de autor, protegidos)






En esta burbuja en la que habito, siempre sobran cosas. Hay en demasía pues yo mismo las creo, ya que inventé este santuario para que nunca escasee nada. Sólo una vez fue profanada debido a mi incapacidad de fabricar amor, entonces opté por traerlo del exterior.
Quien vino transportándolo, tenía las manos vacías. No tenía alforjas, sus bolsillos no contenían nada, sólo poseía algo que jamás había visto, algo que yo desconocía: una dulce sonrisa que me ofreció y recibí gustoso, asombrado además… nunca había visto una sonrisa que aflore desde el alma e irradie a quien se aproxime a ella.
La extraña propietaria de la sonrisa, me imploró:
-Nunca dejes que mi sonrisa se borre puesto que el amor soy yo… y si el amor deja de sonreír, llora… y si llora, fenecerá de dolor…
“Y DIOS HIZO EL AMOR” 


 (Pieza única. Año 2013. Medidas: 80 X 53 cms. Precio $.600 dólares americanos)


sábado, 2 de noviembre de 2019

PERDÍ MI LUCIÉRNAGA CELESTE


Ilustración y prosa de Oswaldo Mejía.

 (Derechos de autor, protegidos)






Pasaron días, pasaron noches; hubo días soleados, pero más de los otros… sin embargo, la luz no pronunció palabra alguna. Hay veces en que las lágrimas son desplazadas por la razón, entonces es el momento de virar el rumbo y buscar esa misma voz, pero en otros labios.




 (Pieza única. Año 2013. Medidas: 80 X 53 cms. Precio $.600 dólares americanos)


ESCOGE EL PAISAJE PARA TU EQUIPAJE

Ilustración y prosa de Oswaldo Mejía.

 (Derechos de autor, protegidos)






Caja que encierra, caja que asfixia… caja que atrapa.

Caja de lamentos, caja fétida… caja de repulsiones.

Caja pequeña, como confortable ataúd de convicciones.

Caja negra que se contrae y reduce estrechando tu espacio.

Caja que puedes desechar para recuperar viento y tiempo.

-¡Sal de allí! ¡Saca tu esencia del sepulcro, cuentero!

Afuera hay un alma corriendo entre lobos ¿No piensas darle alcance?

No quiero echar tierra sobre tu fosa, quiero verte salir trotando.

Esta pala la usaremos para construir un puente hacia el Oeste… no para enterrar tus sueños-.


 (Pieza única. Año 2011. Medidas: 80 X 53 cms. Precio $.600 dólares americanos)


ULTIMO PARADERO A LA DERIVA

Ilustración y prosa de Oswaldo Mejía.

 (Derechos de autor, protegidos)






Niño, niña, duende o lo que fuere, no se separaba de mí. Si caminaba, esa cosa caminaba. Si me detenía, esa cosa se detenía. Esa enorme boca que ocupaba casi la totalidad de lo que sería su rostro me preocupaba… me inquietaba…pero no había otra cosa con vida en la solitaria carretera, y me fui acostumbrando a su compañía.

El cielo, el piso y la carretera tenían coloraciones grises verdosas, aunque cada cierto tramo se veía el tenue resplandor amarillento de unas iluminaciones provenientes de la nada. El paisaje era agobiante. A lo lejos vi que algo raudo venía por la carretera. Cuando llegó hasta mi ubicación pude ver que era una pequeña caja de madera, como una pequeña tina. Subí a ella y me senté con las rodillas recogidas. El pequeño monstruo también subió, se puso a mis espaldas, de pie y cogido de mis hombros.

Moviendo mis caderas de atrás para adelante repetidas veces, logré poner en movimiento mi caja móvil. La carretera en pendiente hizo el resto y la aceleración fue en aumento. Ahora íbamos a gran velocidad, deslizándonos como por un tobogán, hasta que un foso se cruzó en nuestro camino y caímos aparatosamente en él. Me puse de pie y me estaba sacudiendo el trasero, cuando vi que un tipo sentado en un borde del foso nos observaba.

Intrigado por su presencia, me quedé observando. Entonces, ante mis ojos se duplicó. La réplica de aquel inesperado personaje saltó hacia el foso y vino hacia mí amenazante. Me puse en guardia, medí las distancias y cuando lo creí conveniente, salte sobre él, derribándolo. Me senté sobre su pecho e intenté ahorcarlo, pero el replicado se echó a reír a carcajadas, ignorando mis esfuerzos por asfixiarlo. De pronto todo se iluminó. Volteé hacia el lugar de donde provenía la luz. Ante mis ojos había una multitud, sentados frente a una mesa repleta de bebidas, carnes y potajes que la muchedumbre empezó a engullir. Conforme iban comiendo, se transformaban en bestias cada vez más repugnantes que tragaban y babeaban embarrándose en saliva y desperdicios de comida y bebida. Y en medio, abrazados, el tipo que se replicó y el monstruito de amplia boca que me acompañó hasta allí, reían a carcajadas.

Sentí pánico y quise salir corriendo de aquel lugar, pero cuando me dispuse a correr descubrí que todas las vías eran un enmarañado de toboganes, como si fueran venas y arterias de una gigantesca bestia. A partir de ese día no he vuelto a dormir al filo de mi cama. Me acuesto al centro para no volver a caer a la verdosa carretera.


 (Pieza única. Año 2012. Medidas: 80 X 53 cms. Precio $.600 dólares americanos)

SEMILLA DE DIOSES






Ilustración y prosa de Oswaldo Mejía.

 (Derechos de autor, protegidos)




Vinieron desde allá. Cuando llegaron, andábamos en cuatro patas y éramos “Un proyecto de Plenitud”. Ellos irguieron nuestros cuerpos, inquietaron nuestras almas, nos deslumbraron con el libre albedrio; mas, rebajaron nuestra esencia a “Un proyecto de felicidad. Ellos sembraron en nuestras mentes el temor a la muerte.

 

¿Sabes por qué, cuando andábamos a cuatro patas no rezábamos plegarias?... ¡Porque no temíamos morir! …Sentíamos dolor, pero jamás presagiábamos nuestra muerte.

 

Ellos metieron sus dedos en nuestras bocas y nos hicieron probar de la ilusoria utopía llamada felicidad. A partir de ello vivimos buscando alcanzarla, sin conseguirlo jamás; pues la felicidad es inexistente. Sólo es un coqueteo, una sonrisa superficial.

 

Vinieron desde allá, dejando a su paso una estela de mundos depredados y colapsados, y hoy están aquí culminando la depredación del nuestro, mientras esperan el colapso para huir en busca de otros horizontes

 

¡Quiero volver a mi andar en cuatro patas! ¡Quiero retornar mi esencia a “Un proyecto de plenitud! ¡Quiero hallar al Dios verdadero dentro de mí…! ...Porque lo intuyo…Porque tiene lógica: Si somos hijos de Dioses, pues tenemos sangre divina… ¡¡Entonces también somos Dioses!!


 (Pieza única. Año 2012. Medidas: 80 X 53 cms. Precio $.600 dólares americanos)
           

lunes, 14 de octubre de 2019

LAGRIMAS EN LA TACITA DE TE

Ilustración y cuento de Oswaldo Mejía.

Cap. 18 del libro "Delirios del Lirio"

(Derechos de autor, protegidos)







Mientras escuchaba los ruidos parecidos a voces, que provenían del exterior, hurgaba en su mente buscando una reminiscencia, una evocación; algún rezago de un pasado… mas no los hallaba. En sus mil vidas, incontables veces pasó por estos extravíos, pero cada vida trae sus propias luces y sus propias oscuridades. Sólo una orfandad de recuerdos, copaba su raciocinio.

Cuando despertó a esta realidad, ya estaba aquí, atrapado dentro de esta jaula que pende de esa rechinante cadena venida desde allá arriba. Allá, donde su vista no alcanza a distinguir nada, pues la oscuridad es más densa y todo lo devora con cada centímetro de lejanía.

-¿Cómo  es que llegué aquí? ¿Qué es este lugar dónde estoy? ¡¿Dónde, dónde?! ¿Cuánto tiempo llevo en esta jaula? ¿Qué le sucedió a mi cuerpo? ¡No! ¡Esto no es más que una pavorosa alucinación!… No soy yo ¡No, este monstruo de osamenta cubierta con filosas escamas color verde! ¿Por qué habría de adoptar la forma de un nauseabundo reptil con alas? ¡Alas! Tengo alas…¡¡Grandes alas!! Pero…  ¿Para qué me sirven dentro de esta jaula? ¡Esta pesadilla es real! Y si es real,  quizás tenga el poder de volar sobre… ¿Sobre qué? Me resultan extraños estos parajes ¿Y la jaula? ¿Por qué estoy aquí, por qué? Tengo las piernas entumecidas. Debo llevar una eternidad en esta incómoda posición de cuclillas… pero esta maldita jaula no me permite variar mi penosa postura. Los barrotes aprietan mis alas contra mi tórax. Me resulta difícil respirar. ¡Ruidos extraños y el pánico que no cesan de martillar mi cerebro! ¡Esto debe ser el infierno! ¿Pero qué culpas o pecados estoy expiando? ¿O es que, simplemente, me volví loco? …Además del pánico que me provoca estar pendiendo en el vacío desde esta altura. No quiero mirar hacia abajo, el piso está tan lejos...-

Muy por encima de aquella casi total oscuridad, una débil luminosidad penetra hiriendo con tenues destellos algunas aristas de las paredes y los escalones empedrados de una larguísima escalera. Es una luz muy tímida, casi imperceptible, y de color gélido: pero es suficiente para copar la atención de un confinado. Se le hace sumamente atractiva. Huele a esas esperanzas que se anidan en la razón como una  delirante obsesión.

-Debo alcanzarla. Estos barrotes de acero no me lo impedirán… Dios mío, permite que mis debilitadas manos fuercen los hierros que me recluyen en este aislamiento  desesperante y cruel.

 ¡Ahhhhhhhh! Sí puedo, sí puedo ¡Ahhhhhhh…Ahhhhhhhhhh…Ahhhhhhh! ¡Sí, lo voy a lograr! …Esto está cediendo…

Los barrotes se rindieron a sus ansias de libertad. Aunque a duras penas pudo deslizar hacia afuera la poca maniobrable envergadura de sus alas, pero ya estaba afuera.

Evitando mirar hacia abajo para no ser presa del vértigo y el pánico, empezó a descender por la cadena, ansioso por alcanzar el piso.

La cadena chirriaba incesante; las manos le ardían por la fricción. No desvió para nada su mirada hacia abajo, mas sus cálculos le iban indicando que ya faltaba poco…

-¡El extraño intenta huir! ¡No lo dejen escapar!

¡Atrapadle! ¡ Atrapadleeeeeeeeeeeeeeee!

No pudiendo localizar de quienes, ni de donde provenían las voces, sólo atinó a soltarse, cayendo y estrellándose pesadamente contra el empedrado del piso. No era el momento para atender dolencias. De un brinco se puso de píe, y emprendió veloz carrera hacia el rincón por donde había visto que ingresaba la mortecina lucecita, pero que su instinto se la pintaba como una gran esperanza de salida.

-¿Quién grita? ¿Quiénes son esos que vienen hacia mí? ¡Debo darme prisa! No les veo, pero puedo oír sus respiraciones y sus pasos apresurados acercándose. Debo alcanzar esa luz. ¡Ah, maravillosa luz que alimenta la claridad! No importa a dónde me conduzcas mientras me saques de esta cerrazón…Hacia ti voy… 

-¡Centinelas! No dejen escapar al extraño, va hacia las escaleras ¡Deténganlo!

Conforme avanzaba hacia su objetivo, es paso iba estrechándose más y más…

-Me ahogo… ¡Dios mío, no consigo respirar!… Mis alas golpean contra las filosas salientes y aristas de las paredes. Me duele… ¡Duele mucho!

Trozos y jirones de carne ensangrentada le son arrancados en cada roce, quedando estos pegados a los muros, como señal de su apresurado paso.

 -¡Duele… duele mucho!… Pero no debo renunciar ¡No lo haré! No importa que mis alas se quiebren, no importa el fuego quemando mis carnes heridas, no importa lo que de mi quede en el camino …Debo concentrarme en la luz ¡Sigue, sigue!  Ya falta poco… Unos cuantos metros más… … ¡Vamos, vamos!

La luz crece en tamaño e intensidad. Ella es la esperanza, y está tan cerca

-¡Centinelaaaaas! ¡El extraño está subiendo por las escaleras! ¡Atrapadleeeeeeeeeeee, que no alcance la ventana!

¡Inútiles! ¡Usen los arcos y flechas!

Correr, correr y saltar al vacío… ¡Ahora! ¡Ahoraaaaaaaaaaaa!

Está parado sobre la base del marco de la ventana, frente al vacío, paralizado; deleitándose con el aire fresco que penetra por sus pituitarias invadiendo su ser, cuando siente las manos de sus perseguidores rozándole los tobillos, entonces salta…

-¡Diosssssssssssss, noooooooooooooo! ¡Mis alas no me obedecen! ¡Me voy a estrellar! ¡Debo aletear con más fuerzaaaaaaaaa! ¡Eso, eso! Lo estoy logrando…

Rapidamente, aunque sus alas se manifiestan torpes, van estabilizando su caída hasta convertirla en flotación.

-¡Quince monedas al arquero que lo derribe! ¡ Yaaaaaaaaaaaa!

-¡Lo logré! Estoy volando, puedo planear… maravillosa sensación… ¡Soy un ángel! ¡Sí, eso soy!

-¡Disparen malditos! ¿O quieren probar de mi ira?

-¡Oh, Noooooooo! Ajjjjjjjjj  ¿Qué es esto que me quema el pecho? ¡Maldición!  Me han da…do… Ahhhhhhhhhhh…

La caída libre. El cuerpo precipitándose en tirabuzón, y la desesperante sensación de las vísceras apretando el pecho y amenazando con salír expelidas por la boca. Crispa los dedos de las manos en un vano intento por sujetarse a algo…

-¡Está cayendo el extraño! ¡Le di en medio del pecho!

Je je je… Menudo porrazo que se ha dado.

Lo último que sintió, fue el sabor salado del fango, mezclado con su sangre, cubriéndole la lengua e invadiéndole la boca toda…

-Lo que tenías que pasar ya concluyó.

-Pero… ¿Quién eres? ¿Dónde estoy? ¿Cómo llegué aquí? Lo último que recuerdo, es retorciéndome en el lodo… y luego, como me fui sumergiendo en la oscuridad.

*-Soy Magdalena… Eva; la mujer de los mil rostros, y los mil nombres, que siempre estuvo a tu lado desde tus sueños. Soy quien venía a tus fantasías, con las alas blancas que pintaste para mí, y con estas ojeras color promesa que fueron tu inspiración durante tus mil vidas.

Yo rescaté tu cuerpo del fango Arq-ángel. Fui enviada para cuidarte y proteger tu misión, aunque en ello se fuera mi propia vida… Ahora debo irme, tengo una deuda que saldar. Esa Señora de túnica que ves allá, reclama por mi…

Yo soy el precio por el que ella te ha dejado vivir. Ese fue el trato y debo cumplir…¡Adios!

-¡Nooooooooooooooooooooooo!



 (Pieza única. Año 2011. Medidas: 80 X 53 cms. Precio $.600 dólares americanos)


     

jueves, 12 de septiembre de 2019

NUBARRONES DE CORDURA


Ilustración y prosa de Oswaldo Mejía.

 (Derechos de autor, protegidos)




Vino desde allí y va hacia allá… La sombra que proyecta sobre el piso jamás se borra, A su paso va dejando cicatrices en la mente de quien la mira. Sus senos amamantan a los hijos de los hombres con dolor, deseo, soledad y angustia; quien prueba de su sexo se inventa el temor a perderla y aunque su aroma es un constante olor a muerte, casi todos la desean.

Se detuvo aquí y no quise mirarla; previamente cosí mis parpados, no vi nada pero el aire se llenó de su sedosa piel blanca, lampiña y apetitosa; no vi nada pero escuché los cánticos de quienes se inmolaban siendo aplastados por su cortejo; no vi nada pero la oí reír con esa risa de burdel que dista de plantear alegría y a cambio propone satírica burla.

Cuando rompí las costuras de mis ojos pude ver las andas alejándose y sobre ellas a la Redentora. Se auto-complacía con caricias que recorrían sus partes más íntimas, sexo que supo, con generosidad entregar… más también ella deseaba proporcionarse gozo y de sus entrañas extraía doradas monedas que arrojaba dejando a su paso una estela de tentación. Intenté recoger unas de esas monedas pero estas quemaron mis manos; entonces di media vuelta y caminé en sentido contrario.

Ahora re-ando lo por ella caminado y con estas manos chamuscadas devuelvo la visión a los ciegos, sano heridas y hago caminar a los paralíticos. Ellos vienen tras de mí pues saben que aunque no haya agua, si los toco, lavaré sus recuerdos; y del paso de la Redentora nadie volverá a hablar jamás pues en mi rebaño sembré la amnesia eterna.

Bien, queridos alumnos, la historia que les acabo de narrar está aquí, en este gran libro incapaz de contener ni una letra, pues todas sus hojas están y estarán en blanco por toda la eternidad. Gracias por su atención…



 (Pieza única. Año 2012. Medidas: 80 X 52 cms. Precio $.600 dólares americanos)


MI PECADO ES TU AROMA


Ilustración y prosa de Oswaldo Mejía.

 (Derechos de autor, protegidos)






Cuarenta veces soplaron las trompetas del sur, y sólo quedaba esperar que manara miel de las rocas. Fascinados los amantes arañan sus ropas, las van rasgando ante la estúpida ventanita cuyo único signo vital es su imprudencia. Mientras, el sofocante bochorno hace lo suyo derritiendo los ávidos cuerpos; cuatro muslos empapados de urgencia; cuerpos toqueteándose, queriendo aliviar el peso de sus entrañas; invadir y ser invadido, entregar dádivas y recibir bendiciones.

-¿Acaso es tan interesante la luz?

Dejémoslos que hablen; nunca verán cuánto se iluminan los cielos ante los brotes del convexo, jamás imaginarán el perfume del cóncavo, únicamente habrá la sospecha de que ambos levitaron mientras las trompetas del sur soplaban cuarenta veces.




 (Pieza única. Año 2012. Medidas: 80 X 55 cms. Precio $.600 dólares americanos)