jueves, 28 de diciembre de 2017

RELATO TRES VECES ERMITAÑO


IIustración y prosa de Oswaldo Mejía

(Derechos de autor, protegidos)




Luego de que la serpiente que andaba en dos patas desobedeciera a los Señores de las estrellas y regalara a “los negados” la capacidad para dibujar con su rostro una cruz, al expresar el “no” con un movimiento en horizontal, y el “sí” con un movimiento en vertical… El libre albedrio en su esencia, dio origen a todas las inteligencias.

 

Fue por aquellos tiempos en que Mauro -aquel viejo que de lo encorvado que era semejaba a un signo de interrogación- este solía viajar a su aldea natal. Siempre con un terno de segunda mano, de varias tallas más grandes de la que a él le correspondía, y con el gran atado de fuegos artificiales bajo el brazo. Según decía; allá en su pueblo escalaba la montaña más alta y desde allí petardeaba al cielo, buscando joder a los Dioses para que le hicieran milagros a cambio de dejarlos dormir tranquilamente la siesta.

 

Quizás él trajo la primera plaga. El hecho es que de pronto, todos los habitantes de Villa Tribulación empezaron a mostrar enrojecimiento e hinchazón en los parpados; y a las horas, todos tenían los ojos irradiando una luz amarillenta, cual si fuesen linternas para neblina. Además nadie quería hablar, pues por la boca expelían un vaho denso cargado de fuerte olor a azufre. Inexplicablemente, así como se iniciaron, así terminaron estos acontecimientos; y a los pocos días todo volvió a la normalidad. Nadie quiso recordar más esos hechos.

 

Pero la seguidilla de sucesos extraños recién empezaba:

 

Una soleada mañana de Febrero, el cielo de pronto se vio oscurecido debido a la repentina aparición de un enjambre de lustrosos insectos, que con su multitudinario vuelo cubrieron la luz del sol sumiendo a todo el pueblo en penumbras. Cuando los bichos se posaron en el suelo dando retorno a la luz del día, empezaron a moverse a brincos y a picar a cuanto ser tuviera sangre en su organismo, dejándole cubierta de ronchas rojizas la piel expuesta, y un desesperante escozor. La angustia y el pánico colectivo empezaron a hacer presa de toda persona, animal o bestia en el pueblo. La iglesia estaba todo el día atestada de personas implorando perdón por sus pecados, a la vez que no cesaban de espantar bichos y rascarse… Así pasaron los días, hasta que no faltó un observador acucioso que notó en los bichos, una severa miopía y un nulo olfato. Tras su descubrimiento, el viejo Hermógenes, “mil oficios” por vocación, pensó: -Será fácil engañarles si se interpone entre ellos y la piel, una tela-… ¡Y sí! ¡Dio resultado! Entonces, empezó la tarea de fabricar unos envoltorios que cubrían de pies a cabeza a quienes los usaban, dejando apenas una rendija a la altura de los ojos, por donde el usuario podía mirar y otra a la altura de la boca por donde podía comer. A estas peculiares vestimentas, su inventor las llamó, “Los Disfraces de Noestoyaquí”. Hombres, mujeres y niños los compraban como medio eficaz para protegerse de las picaduras. Esto generó una rápida y suculenta fortuna al viejo Hermógenes, que a la postre vio incrementada su clientela, pues también le sería solicitado confeccionar los disfraces para proteger a las mascotas y a otros animales domésticos. Resultaba risible ver a las personas, gatos, perros, gallinas, caballos y otros animales, vagabundeando enfundados en “Los Disfraces de Noestoyaquí”. Pero así los insectos de la segunda plaga, eran burlados; y al no poder hallar a quien picar para extraerle sangre, entonces empezaron a morir de inanición, dejando todo el suelo de Villa Tribulación cubierto con sus lustrosos cadáveres, que luego fueron barridos, apilados en montículos y finalmente tirados al río…Así pasó la segunda plaga…

 

La tercera plaga, de hecho la más terrible, pues aún ahora, luego de trece siglos de acontecida, sus secuelas son una endemia que se propagó por el mundo entero.

Sucedió un domingo, en plena culto de mediodía. El Reverendo Bernardino estaba arrodillado frente al altar; de espaldas a la feligresía, aparentaba orar, más cuando se dio vuelta, tenía los labios pintados en rojo carmesí, con las cejas y pestañas garabateadas de un negro intenso. Se irguió; se alzó la sotana y empezó a danzar como lo haría una hembra provocadora. Los feligreses, atónitos se miraban entre sí; algunos se santiguaban horrorizados. De pronto una iluminación sin origen definido alumbro el recinto… Y a unos dos metros de altura se materializaron cinco cuerpos desnudos, que cayeron pesadamente al piso. Los cinco desnudos tenían cara de niños confundidos, tiernos y desvalidos, por lo que rápidamente, los feligreses pasaron del estupor al instinto paternal y/o maternal; afanándose en abrigar y acariciar a los recién llegados. Todos se disputaban el adoptarlos y acogerlos en sus hogares; así salieron en multitud a la calle. El Reverendo Bernardino continuó bailando solo, nadie le tomó más atención.

Cuando todos estuvieron fuera, en la plazuela se dieron varios fogonazos de iluminaciones repentinas, con la aparición de más seres desnudos, con sus dramáticos aterrizajes y la seguida disputa de los pueblerinos por llevárselos a sus hogares.

Una y otra vez el fenómeno se repitió. Los desnudos con cara de niños confundidos ahora sumaban tantos, que ya no había disputas por apropiárselos.

Más al día siguiente, empezaron las primeras muestras de descontento entre los pobladores. “Los Cara de Niño” eran bellos, pero incapaces de hilvanar ideas, razonar, u ocuparse de algo mas que sus necesidades básicas, por lo que la gente del pueblo empezó a referirse a aquellos sucesos, como la plaga de “La Lluvia de Imbéciles”…

Cuando al cabo de unos días, el pueblo se convenció de la inutilidad de estos seres, la gente empezó a congregarse desde muy temprano en la plazuela; y cerca del mediodía se dirigieron a la iglesia a pedir consejo al Reverendo Bernardino, al cual hallaron desnudo y colgando de los pies, atado al techo. Entonces, desde esa posición habló:

-“Los Dioses debieron satanizar la estupidez…Pues ella es más dañina que la maldad… El malvado hace daño cuando lo requiere o se lo propone, pero el estúpido hace daño hasta sin querer”-

Nunca más, nadie quiso recordar donde estaba ubicada Villa Tribulación…Pero la estupidez ya estaba diseminada por el mundo…



 (Pieza única. Año 2011. Medidas: 80 X 53 cms. Precio $.600 dólares americanos)


miércoles, 20 de diciembre de 2017

SIEMBRA DE AMNESIAS


IIustración y prosa de Oswaldo Mejía

(Derechos de autor, protegidos)





*-Mi Libro estuvo siempre abierto, y tú viniste desde muy lejos a leerlo, hay hojas en blanco en él, debes escribir en ellas, mas lo harás con la roja tinta de tu sangre.

-Señor mío, tengo frío, me asedia el dolor y el miedo me invade.

*-El ángel níveo que te envié proveerá tu tibieza, adormecerá tus penas y acompañará tus pasos mientras acaricia y estimula el crecimiento de tus muñones.

-¿Me puedes regalar una sonrisa? No la quiero para mí, la quiero para el ángel.

*-Dejé dos sonrisas eternas en tus alforjas, vayan juntos a repartir mis golosinas, pues quienes las consuman también vendrán a escribir sobre las hojas en blanco de mi libro.

 -Me has devuelto el deleite Señor mío ¿Podré volar nuevamente?

*-Tendrás que hacerlo, ya que los quiero junto a mí ¿Notas que aparecieron remeras en tus muñones? He creado la brisa y los vientos para ustedes, ellos acarician sus rostros... Surquen los cielos tomados de las manos, sólo así proyectarán una sombra única al amanecer. Cuando las luces se extingan para dar paso al ángelus, crepúsculo en el que resonarán las campanas, serán estrellas en mi firmamento.



 (Pieza única. Año 2012. Medidas: 80 X 53 cms. Precio $.600 dólares americanos)



jueves, 14 de diciembre de 2017

HUELLAS SOBRE LO DORMIDO


IIustración y prosa de Oswaldo Mejía

(Derechos de autor, protegidos)




¿Acaso crees que soy portador de la consigna de cercenar tus alas? ¿Crees que vine a interrumpir tu gracioso aleteo cuando enrumbas hacia el Sol? Pues te equivocas ángel mío, soy quien vino a acariciar tus hombros para estimular el crecimiento de tus remeras. No tengas miedo de mí, me enviaron a borrar tus malos recuerdos. Las caricias esquivas las esfumare yo. Traje semillas de luz que germinarán en tu alma. Mi misión está por concluir. Ahora estoy dentro de ti y desde aquí puedo lamer tu piel con amor…


  (Pieza única. Año 2011. Medidas: 80 X 57 cms. Precio $.600 dólares americanos)

jueves, 7 de diciembre de 2017

FUNERALES DE ALFA


IIustración y prosa de Oswaldo Mejía

(Derechos de autor, protegidos)



Llegamos hasta aquí traídos por el viento cual dos barquichuelos a la deriva. Probé del néctar de tus sonrisas y alegría... lo disfruté y a ellas me acostumbré. Ahora, esas voces grises nos jugaron una mala pasada. Con habilidad de cirujano han sellado tu boca, cosiendo tus labios y negándome la luz de tus farolitos. Has soltado mi mano, detestas mi locura; me confundes con los demás seres de este mar. Has tirado tus alas para no volver a tocar los cielos en compañía mía. Afuera hace frío y todo está oscuro; tú me inventaste este destino y debo intentar surcarlo solo. Me iré, pero lo haré caminando de espaldas al mundo, para no perderte de vista, y así mirar si te animas a levantarte y continuar este camino junto a mí, tomada de mi mano. Siempre caminaré de espaldas, pues mantengo la certeza de que volverás, aunque sea con otro rostro, a tomar mi mano. Afuera hace frío y todo está oscuro...


 (Pieza única. Año 2011. Medidas: 80 X 53 cms. Precio $.600 dólares americanos)



miércoles, 29 de noviembre de 2017

SETENTA VECES SIETE


IIustración y prosa de Oswaldo Mejía

(Derechos de autor, protegidos)




¡Corre, corre! ¡Corre, TIEMPO! No pienso hincarme a esperar tu tiranía, no tengo prisa, pero no puedo detenerme a aguardarte; estoy sentado a la vera del camino y no me puedes alcanzar. Esta hermosa mancha sobre mi pecho es el sangrado de lo sublime expuesto por mi ansiedad. He probado ya del sabor de su néctar, por ello mi cabeza cayó desparramando mi pensar. Ahora mis ideas ruedan más a prisa y tú vas quedando atrás ¡Corre! ¡Corre! ¡Corre, TIEMPO! Aunque no atestiguarás este placer divino. Sigo sentado, mas no te puedo esperar. Tengo asido el cuerpecito de mi Reina, hurgo en ella cada pliegue de su piel, sorbí de su tibieza a tu desdén ¡Corre! ¡Corre! ¡Corre, TIEMPO! Que del níveo vestido de boda ya se despojó, y al cerrar aquella puerta imaginaria, sólo estaremos ella y yo. Y tú deberás pasar de largo… pues fue EL GRAN ORDEN quien anunció que esto pasara y tú, TIEMPO… no sabes nada del AMOR…



 (Pieza única. Año 2011. Medidas: 80 X 57 cms. Precio $.600 dólares americanos)



jueves, 23 de noviembre de 2017

AQUELLAS FLORES QUE NO TINTINEAN


IIustración y prosa de Oswaldo Mejía

(Derechos de autor, protegidos)





Aquí fue, estoy seguro.

¿Qué quién me invitó?

Fueron unas ninfas extrañas, con alas de cartón

Que han extraviado su cordura, orates sin razón.

Esquívalas si están en tu ruta.

Ellas te tentarán a libar el néctar de las angustias

Que a las almas hacen reventar.

¡No las escuches! ¡No las mires! ¡O en sus pezones te ahogarás!

¡Brebajeeeeeeeeee!

Pajarracos endemoniados, rinden cultos que son farsa.

Lamerán tu boca y tus orejas con ese tufo embriagador.

¡No las escuches! ¡No las mires! ¡O en tu interior se van a alojar!

Escúpeles en plena cara y lanza lejos su repugnante cáliz.

Han golpeado mis costillas, mis ideas, me apalearon el corazón.

Sus vientres de perra, rociaron mi entelequia…

Pero no saben que eso no es mío. Me lo dicta El Hacedor.

Y por ello estoy aquí, gritando:

¡Brebajeeeeeeeeee!

Y al diablo con las ninfas, con alas de cartón…



 (Pieza única. Año 2011. Medidas: 80 X 57 cms. Precio $.600 dólares americanos)



jueves, 16 de noviembre de 2017

"ESTIGMA DE LOS DIFERENTES"

Ilustración y prosa de Oswaldo Mejía 
(Derechos de autor, protegidos)



Soliloquiaba aparentes incoherencias, que de seguro en su mente tenían asidero. Esto se venía repitiendo desde mucho antes de los cuarenta y dos días en que se gestó la Gran Cicatriz. Él se levantaba, daba unos pasos errabundos entre el lodo. Algunas veces giraba hacia ningún lugar y luego volvía hacia el mismo sitio donde inició su periplo… Y se sentaba en la misma posición; como si se tratara de una plantilla para calcar una situación desde un tiempo pasado.
Pero esta vez fue diferente… Se levantó y camino en línea recta. No hubo los pasos dubitativos… ni los giros sin destino… Esta vez caminó con inusitada convicción. Quería y tenía que llegar, sólo Dios sabe donde…

-¿A dónde crees que vas estúpido necio delirante? Hemos picado tu cerebro y vaciado tu cráneo, despojándote de recuerdos y anhelos para que ni siquiera aspires a morir ¡Ven aquí, imbécil!… ¡Ven, o te ahogaras, maldito orate! ¡Aquí no hay nada más que este infinito pantano, tú… y dentro de ti, nosotras, tus fobias…-

Más todo hacía indicar que no había palabra o estimulo alguno que fuera a detener sus encaminados pasos. El mentón apretado contra el pecho; los músculos de hombros y brazos tensos; así iba avanzando, retando al fango a abrirle paso… cada vez hundiéndose más…más…y más…

-¡Detente! Vas camino a tu muerte y en ello estás arrastrando a nosotras y también a este infernal pantano ¡Somos producto de tu locura, maldito demente! ¡Si te ahogas, nosotras y toda esta “nada”, moriremos contigo!-

Aquel barro negro y maloliente ya lo tenía cubierto hasta los labios; y seguía adentrándose. Su respiración había empezado a burbujear entre el lodo, cuando sus ojos vertieron unas lágrimas; estas rodaron por sus mejillas, y antes de fundirse con el fango, cada una despidió un destello.
Una última burbuja, como de sopa espesa… y el instante eterno de un pensamiento.

(Pieza única. Año 2013. Medidas: 80 X 57 cms. Precio $.600 dólares americanos)




miércoles, 8 de noviembre de 2017

EN ALGUNA PARTE DE NINGÚN LUGAR


IIustración y prosa de Oswaldo Mejía

(Derechos de autor, protegidos)



Millones de párvulas vidas, de un lado y del otro,

con párvulas ilusiones, emprenden el camino a la gran confrontación.

Puñados de decrépitos ancianos, de un lado y del otro;

azuzan a los párvulos para que lidien, sin tener alguna razón.

Los párvulos, de un lado y del otro, se enfrentan en batallas y ofrendan su sangre al campo...

Los grupos de decrépitos ancianos, de un lado y del otro,

monitorean las batallas, observándolas por televisión.

Párvulos y ancianos, de un lado y del otro,

esgrimen sueños y conceptos para su intervención.

Entre la pestilencia de los cuerpos párvulos, de un lado y del otro,

los decrépitos ancianos, de un lado y del otro,

repartirán medallas y pésames a párvulos mutilados y a madres desconsoladas que no entienden por qué fue la lucha, qué motivó la gran desazón.

Ha llegado el momento de reclamar botines, honores y dignidades saqueadas, de un lado y del otro.

Los decrépitos ancianos, de un lado y del otro,

evalúan si fue un buen negocio, o una inversión que se perdió.

Los párvulos, de un lado y del otro, que devoren su mierda. La guerra ya acabó.

Hay párvulos de quince y veinte. Créanme, de un lado y del otro.

Si una madre llora a un crío adolescente, el llanto derramado, de un lado y del otro… es por un párvulo que murió.




(Pieza única. Año 2010. Medidas: 80 X 59 cms. Precio $.600 dólares americanos)



miércoles, 1 de noviembre de 2017

ALETEA FENIX


IIustración y prosa de Oswaldo Mejía

(Derechos de autor, protegidos)




Conversé con el ángel; tengo aún sus lamentos runruneando mi espacio. Una de sus lágrimas cayó en mi palma; fue un contacto lacerante. Sonreía su carita de niño, pero sus ojillos no cesaban de manar penas y soledad contenida, que sus comisuras, arrugas y cicatrices del tiempo, canalizaban hacia el polvo cruel.

Tenía la postura de un anciano simio y la actitud de un sabio que nada entiende.

 

*-¿Te atormenta tú soledad?

 

**-¡No, ya no! Pero siento profunda tristeza pues tuve que decirle que estábamos muy viejos para que me espere volver con otro rostro. El túnel ya no tarda en aparecer ¡lo siento!

Ella acarició mi melena y muchos de mis canos cabellos quedaron entre sus dedos. Ahora deberá recorrer el sendero sin mí...y andar en soledad mata lentamente. Agonizas una eternidad. Yo sé mucho de ello; pues tuve piernas de gacela, más no me ayudaron a escapar. Siempre estuve aquí… sólo corría en círculo...

 

*-¿Te trajo deleite que ella acariciara tu cabeza?

**-Esa caricia fue extemporánea, me correspondió en otro tiempo, ahora es lejana… es ajena…




(Pieza única. Año 2010. Medidas: 80 X 53 cms. Precio $.600 dólares americanos)



sábado, 28 de octubre de 2017

¿AMOR O DESEO?


Video Monòlogo (O. Mejía)



Monólogo sobre mis conceptos personales acerca del amor.  No es mi intención, crear discrepancia o polémica sobre el tema. Mi único propósito es sembrar el interés por analizar y dudar, pues intuyo que el confiar en la existencia de verdades absolutas es una tara que nos han ido instalando para hacernos proclives a ser manipulados.




jueves, 19 de octubre de 2017

ESTE VECINDARIO DONDE COMEMOS PECADOS


IIustración y prosa de Oswaldo Mejía

(Derechos de autor, protegidos)




Ya puedes estar tranquilo, ya no hay que temer. Viajé hacia CERTEZA y puedo jurarte que todo esto no es más que un sueño, me estás soñando a mí. Lo que leíste sobre transverberación nunca fue escrito, lo que vociferó la guitarra de Hendrix nunca fue tocado, tu andar nunca fue caminado… ni siquiera tus dolores fueron sentidos nunca, tus retinas jamás miraron nada, las injurias y cobardías de Carlos M. Salazar Ramirez nunca fueron pronunciadas. Todo es irreal. Ya no debes preocuparte por si cuando no estés más aquí el mundo pueda ser o no diferente, porque nunca te irás… porque nunca estuviste AQUÍ…porque AQUÍ nunca existió… Porque todo es sólo el sueño de un soñador que nunca soñó. Allá afuera, sin más, hay un humo verduzco que carece de humareda y no tiene color.

 

Lo siento, loco mío pero debía decírtelo. Estoy cansado de no existir y tú te empeñabas en mantenerme vivo… Lo siento… Lo siento…





(Pieza única. Año 2010. Medidas: 80 X 57 cms. Precio $.600 dólares americanos)




lunes, 2 de octubre de 2017

DEDOS DEL ANGEL ARQ. Y LA ALIANZA CON LOS CABELLOS DEL SOL


IIustración y prosa de Oswaldo Mejía

(Derechos de autor, protegidos)




Arañamos una fecha implorando al hacedor de hombres, al diseñador de vidas. Si hay magia, si hay la tentación de morir y renacer a cada instante, que desafinen en sus cantos las sirenas… pues se equivocaron de pregón. Que vengan esos días en color azul pastel, aquí aguardaremos sentados sobre estas frías rocas; hemos de entibiarlas pues serán el lecho donde un sueño ha de reposar…



  (Pieza única. Año 2011. Medidas: 80 X 57 cms. Precio $.600 dólares americanos)

martes, 12 de septiembre de 2017

RETORNARE AYER


IIustración y cuento de Oswaldo Mejía

(Derechos de autor, protegidos)




-Te traje hasta aquí. He sido tu guía entre la oscuridad, pero este umbral deberás atravesarlo solo. Allí dentro están tus demonios más recónditos y debes enfrentarlos en soledad. Esa oscuridad te pertenece; debes saldar lo que tengas pendiente con tus infiernos, yo esperaré aquí tu regreso.

 

Una lejana luz mortecina de color naranja era todo lo que quebrantaba la penumbra en que se sumía el lugar. Apenas si podía distinguir en siluetas las esferas irregulares diseminadas en la cercanía. Más allá, sólo la vasta lejanía perdiéndose en la negrura.

Arrastrando los pies, para facilitarse el tanteo de lo que pisaba, el “Buscador” fue deslizándose entre las esferas, algunas superaban la altura de sus hombros, y se estremecían, era evidente que contenían algo en sus entrañas.

La madre de los pánicos estaba haciendo presa de él, pero si había llegado hasta allí, no cabía la opción de detenerse. Debía continuar. Lo peor que podía ocurrirle era morir, y sin embargo estaba consciente que la muerte, por terrible que fuera, sería la antesala a su renacimiento.

Repentinamente reconoció aquel aroma que se le hacía familiar. Estaba en el ambiente, y rapidamente  invadió por completo sus pituitarias ¡Sí! Era la fragancia del “Éxtasis 69”, ese perfume barato que, con orgullo, Emérita solía aromatizar su piel.

Dio unos pasos a tientas, tratando de ubicar la procedencia del aroma, pero tropezó y cayó sobre una de las esferas, descubriendo que esta y las demás eran cascarones como de grandes huevos y estaban quebradas de tal forma que se podía acceder a su interior. Algo latente, con vida, había en su interior.

Quiso salir corriendo y huir, pero ¿hacia dónde?  Estaba completamente desubicado. No recordaba en qué dirección quedó el umbral por donde ingresó a ese extraño mundo. Entonces se contuvo.

La fragancia del “Éxtasis 69” se hizo más intensa. Moviéndose a gatas localizó su origen; provenía desde uno de los cascarones. Para qué otear al interior si igual no vería nada…

Largo rato estuvo allí, quieto, entremezclando su miedo y su curiosidad. La fragancia fue tornándose en un llamado feromonal, al extremo que el ingresar al cascarón se le presentaba como una urgencia.  No lo dudó, entró.

Lo que había en su interior, empezó a moverse agitándose en suaves ondulaciones que fueron rozando su humanidad, cada vez con mayor atrevimiento. Su dermis era suave y delicada, inquietante, perturbadora, y hasta excitante. Se recostó sobre lo que allí se meneaba y tuvo algo similar a una cópula. Fue tan intenso todo que luego cayó en un adormecimiento, pero consciente.

Desde su parálisis pudo percibir que estaba siendo devorado vivo por aquello que momentos antes le había proporcionado placer, como una amante. Quiso gritar pero no pudo. Su cuerpo estaba siendo mutilado a dentelladas, y él no podía moverse, ni su boca podía emitir sonido alguno, sólo le quedaba ver en siluetas el festín del cual él era el manjar. Luego… la nada.


Cuando volvió la luz, no consiguió recobrar ni el movimiento ni el habla. El guía introdujo en una de sus fosas nasales una pequeña cerbatana y por ella sopló algo que llegó hiriéndole, en su recorrido, hasta el mismo cerebro. Las convulsiones fueron aviso de que su cuerpo estaba allí ¡No había sido devorado! Tampoco había fuerzas para alegrarse, pero sintió alivio.

Alguien puso entre sus manos una patata recién cultivada que todavía tenía tierra húmeda pegoteada a su cáscara

-Abrigala, que ella se llevará el color gris de tu aura-

Luego le colocaron un paño sobre los ojos.  Lo último que escuchó fue:

 

 -Hoy lograste vencer. Mañana retornaremos al umbral puesto que aún te quedan muchas…batallas…contra…tus…de…mo…ni…oooooo…ssss…



(Pieza única. Año 2009. Medidas: 80 X 59 cms. Precio $.600 dólares americanos)