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sábado, 2 de noviembre de 2019

PERDÍ MI LUCIÉRNAGA CELESTE


Ilustración y prosa de Oswaldo Mejía.

 (Derechos de autor, protegidos)






Pasaron días, pasaron noches; hubo días soleados, pero más de los otros… sin embargo, la luz no pronunció palabra alguna. Hay veces en que las lágrimas son desplazadas por la razón, entonces es el momento de virar el rumbo y buscar esa misma voz, pero en otros labios.




 (Pieza única. Año 2013. Medidas: 80 X 53 cms. Precio $.600 dólares americanos)


miércoles, 29 de noviembre de 2017

SETENTA VECES SIETE


IIustración y prosa de Oswaldo Mejía

(Derechos de autor, protegidos)




¡Corre, corre! ¡Corre, TIEMPO! No pienso hincarme a esperar tu tiranía, no tengo prisa, pero no puedo detenerme a aguardarte; estoy sentado a la vera del camino y no me puedes alcanzar. Esta hermosa mancha sobre mi pecho es el sangrado de lo sublime expuesto por mi ansiedad. He probado ya del sabor de su néctar, por ello mi cabeza cayó desparramando mi pensar. Ahora mis ideas ruedan más a prisa y tú vas quedando atrás ¡Corre! ¡Corre! ¡Corre, TIEMPO! Aunque no atestiguarás este placer divino. Sigo sentado, mas no te puedo esperar. Tengo asido el cuerpecito de mi Reina, hurgo en ella cada pliegue de su piel, sorbí de su tibieza a tu desdén ¡Corre! ¡Corre! ¡Corre, TIEMPO! Que del níveo vestido de boda ya se despojó, y al cerrar aquella puerta imaginaria, sólo estaremos ella y yo. Y tú deberás pasar de largo… pues fue EL GRAN ORDEN quien anunció que esto pasara y tú, TIEMPO… no sabes nada del AMOR…



 (Pieza única. Año 2011. Medidas: 80 X 57 cms. Precio $.600 dólares americanos)



jueves, 16 de noviembre de 2017

"ESTIGMA DE LOS DIFERENTES"

Ilustración y prosa de Oswaldo Mejía 
(Derechos de autor, protegidos)



Soliloquiaba aparentes incoherencias, que de seguro en su mente tenían asidero. Esto se venía repitiendo desde mucho antes de los cuarenta y dos días en que se gestó la Gran Cicatriz. Él se levantaba, daba unos pasos errabundos entre el lodo. Algunas veces giraba hacia ningún lugar y luego volvía hacia el mismo sitio donde inició su periplo… Y se sentaba en la misma posición; como si se tratara de una plantilla para calcar una situación desde un tiempo pasado.
Pero esta vez fue diferente… Se levantó y camino en línea recta. No hubo los pasos dubitativos… ni los giros sin destino… Esta vez caminó con inusitada convicción. Quería y tenía que llegar, sólo Dios sabe donde…

-¿A dónde crees que vas estúpido necio delirante? Hemos picado tu cerebro y vaciado tu cráneo, despojándote de recuerdos y anhelos para que ni siquiera aspires a morir ¡Ven aquí, imbécil!… ¡Ven, o te ahogaras, maldito orate! ¡Aquí no hay nada más que este infinito pantano, tú… y dentro de ti, nosotras, tus fobias…-

Más todo hacía indicar que no había palabra o estimulo alguno que fuera a detener sus encaminados pasos. El mentón apretado contra el pecho; los músculos de hombros y brazos tensos; así iba avanzando, retando al fango a abrirle paso… cada vez hundiéndose más…más…y más…

-¡Detente! Vas camino a tu muerte y en ello estás arrastrando a nosotras y también a este infernal pantano ¡Somos producto de tu locura, maldito demente! ¡Si te ahogas, nosotras y toda esta “nada”, moriremos contigo!-

Aquel barro negro y maloliente ya lo tenía cubierto hasta los labios; y seguía adentrándose. Su respiración había empezado a burbujear entre el lodo, cuando sus ojos vertieron unas lágrimas; estas rodaron por sus mejillas, y antes de fundirse con el fango, cada una despidió un destello.
Una última burbuja, como de sopa espesa… y el instante eterno de un pensamiento.

(Pieza única. Año 2013. Medidas: 80 X 57 cms. Precio $.600 dólares americanos)