viernes, 5 de mayo de 2017

LOS DUENDES SUEÑAN EN COLORES PASTEL


Ilustración y cuento de Oswaldo Mejía

Cap. 7 del libro "Delirios del Lirio"

(Derechos de autor, protegidos)






Esta noche es una noche muy pero muy especial, desconcertante y pletórica de sensaciones y emociones, como esas que punzan y arañan nuestra sensibilidad, la misma con la que he convivido por cinco siglos y medio pues alguien, el mismo día que nací, me la grabó en la frente, con un hierro caliente al rojo vivo, y por tanto, no puedo ni podré desprenderme de este estigma.

No entiendo si por error o castigo, se me destinó habitar en este mundo poblado de arpías, chacales, borregos, cerdos y asnos parlantes, situación que sólo puede ser soportada si uno es un perfecto idiota o un mitómano consumado. Como estoy convencido de que la perfección es inexistente, al menos en este plano astral, no me queda otra que pensar en la alternativa de que soy un magnífico mitómano… y debo serlo pues todo el tiempo que llevo andando por estos polvorientos senderos, los transité creándome las mentiras más inimaginables; tan convincente fui al concebirlas que yo mismo terminé creyéndolas como si fueran una verdad palpable y absoluta.

Debo contarte algo ¿Sabes que debido al estigma de ser portador de esta maldita sensibilidad no me quedó otra elección que sublimizar mis traumas pariendo arte? ¿No lo sabías, verdad? Pues fue así, eso me convirtió en el lobo solitario que aquí ves, saturado de tristeza y con el rostro cubierto por una careta que lleva grabada una sonrisa que yo mismo dibujé con la tinta indeleble de mi auto-engaño. He vivido repartiendo alegría y esperanzas entre los demás animales que me rodean y sin embargo fui y soy incapaz de prodigarme a mí mismo una pizca de sosiego.

Esta noche, tal como te dije, es muy especial para los borregos, las arpías, chacales, cerdos y asnos pues masivamente, festejan el nacimiento de un redentor  del que ni siquiera están convencidos que los vaya a redimir pero es un buen motivo para festejar y atiborrarse de comida y bebidas espirituosas, lo cual no les proporciona felicidad pero sí placer, además de garabatearles ese rictus en sus hocicos, mueca que ellos interpretan como sonrisas.

La arpía con la que comparto mi caverna y una mutua repulsión, tuvo la visita de otro pajarraco, su hermana. Llegó con unas botellas que contenían un brebaje -me parece  haber leído en las etiquetas de dichas botellas, la inscripción “Orines de Lucifer”-. Cuando la micción que bebimos empezó a hacer estragos, ellas recomenzaron a parlotear incoherencias y a realizar remedos de danzas bajo la luz de la luna, fue entonces que decidí largarme, no estaba a gusto allí, quería apreciar otros aires.

Una vez fuera, recordé que hace tiempo que mi pata derecha trasera se rehúsa a seguir acompasadamente a mis otras tres patas pero igual me fui, rengueando, sí, de todos modos me fui. Por donde circulaba sólo veía animales obnubilados que sonreían estúpidamente, con una euforia desmedida debido a la generalizada ingesta de las bebidas “espirituosas”, contrastando con la lucidez que me confería mi aflicción. Mi ángel de la guarda no se fue de vacaciones, simplemente cesó su función… y yo le extrañaba en demasía. Se fue diciéndome “Ya cumplí mi ciclo. Vendrán otros que cuidarán de ti de aquí en adelante”

Entre mis pasos desacompasados, mis soliloquios y algunas lágrimas, me topé con una casucha iluminada donde expendían los “Orines de Lucifer”. Sólo tenía la mitad de una moneda que celosamente guardaba en mis fauces para no perderla; con ella pagué por una botella de la infernal micción y empecé a beberla, solitario y de pie. La botella sería mi fiel compañera mientras en su interior hubiera algo de líquido, aunque me torturaba saber que la bebida no tardaría en agotarse.

Me encontraba ensimismado con mi botella que iba vaciándose lentamente cuando de repente, apareció un cerdo ebrio. Dijo que me conocía, que me apreciaba muchísimo y otras tonterías que ya ni recuerdo. Claro que como yo soy un viejo lobo, no un asno, enseguida me di cuenta que aquel cerdo ebrio de cara burlona, lo único que deseaba era que le invitara un poco de lo que yo estaba bebiendo. Siempre tuve la convicción de que una cuota de veneno no se le niega a nadie, así pues, compartí con él un sorbo y le pedí con mucha amabilidad que se largara, que no interrumpiera más la conversación que tenía conmigo mismo. Necesitaba desahogarme contándome cuánto necesitaba a mi otrora ángel guardián.

El cerdo me agradeció y se fue dibujando serpenteantes “eses” con su andar, encaminándose hasta un rincón donde libaban un chacal y un asno. Me desentendí de él y los otros y volví a sumirme en mis penas y añoranzas.

 -Ángel mío ¿Cómo voy a olvidarte si de todo lo que me enseñaste me faltó aprender a vivir sin ti?

Así de ensimismado estaba cuando de pronto llegó a mis oídos el escandaloso eco que ocasionaba una trifulca proveniente del rincón hacia donde se había dirigido el cerdo ebrio de mirada burlona. Giré mi cabeza para ver qué ocurría y alcancé a verlo. El cerdo estaba panza arriba, pataleando en el piso; una certera coz del burro  le dio en la cabeza dejándolo instantáneamente quieto, cual si fuese un cadáver. Inmediatamente, movido por mi naturaleza impulsiva, en dos brincos llegué al lugar. El cerdo estaba quieto, privado de casi todas sus facultades,  apenas si respiraba  levantando polvo en cada exhalación.

El asno y el chacal me observaban desafiantes. Yo los miré, hice rechinar mis colmillos y gruñí:

-Malditos desgraciados ¿Por qué hicieron esto?- Dije con tono de amenazante reclamo.

-No te metas en esto, imbécil. En este mismo instante podría matarte de una patada si quisiera- Sentenció el asno.

-Lárgate mientras puedas, estás muy lejos de tu territorio, aquí no te daremos explicaciones- Acotó el chacal.

-¿Acaso creen que pertenezco a algún lugar? Soy un lobo y por tanto soy lo que soy donde voy y donde estoy- Fue lo último que expresé antes de que comenzara la pelea.

El asno comenzó a brincar y dar volteretas amenazando con golpearme con sus patas; yo lo esquivaba y de vez en cuando lograba darle una dentellada. La situación se prolongó invariablemente por no sé cuánto tiempo, hasta que sentí un dolor lacerante en mi anca derecha. Instintivamente volteé y vi una herida profunda en mi muslo, sangraba copiosamente. El chacal me había mordido a traición. Quise retomar mi defensa contra las amenazantes patas del asno pero fue muy tarde, cuando reaccioné ya venía la coz directamente a mi sien izquierda. Alcancé a ver un destello y luego…la nada.

Al despertar me hallaba recostado en mi cama. Mi apariencia era la originalmente humana. Sentía todo el cuerpo dolorido. Me quise levantar y fue entonces que reparé en mis sábanas manchadas de sangre ¡Claro! Tenía una gran herida en la cadera. No comprendía cómo había ocurrido. Me senté sobre mi cama y… allí, en el piso, distinguí cuatro plumas blancas. En ese preciso instante entró a mi dormitorio la esposa con la que Dios me condenó a convivir. Tenía las manos en la cintura y mirándome con ojos que destilaban odio, vociferó:

-¿A dónde mierda te fuiste anoche?- No le contesté… Si ni yo mismo sabía dónde estuve.

Mi ángel siempre me decía “No te preocupes si te olvidas de algo, yo tengo suficiente  memoria para almacenar todos tus recuerdos”

 

Pero ahora… él ya no está ¿Quién será el guardián de mis memorias perdidas?




(Pieza única. Año 2012. Medidas: 80 X 50 cms. Precio $.600 dólares americanos)




jueves, 20 de abril de 2017

Video NIMROD, EL GRAN CAZADOR


Video Monólogo de Oswaldo Mejía 




Monólogo sobre una historia alucinante, con la cual, para nada tengo, ni siquiera la menor intención de atacar o herir susceptibilidades con respecto a la fe y creencias religiosas de nadie. Mi único afán es narrar y poner sobre el tapete hechos que nos estimulen al análisis, y nos puedan liberar del yugo del pensamiento dogmático.




sábado, 15 de abril de 2017

UNA PORCION DE LAGRIMA


Ilustración y prosa de Oswaldo Mejía

(Derechos de autor, protegidos)





Sólo soy el portador del mensaje. Quien me utiliza de mensajero, es el que ha embarazado mi mente con estas fantasías que debo parir incesantemente, una a una, para hacer posible las visiones del alma que cada ser humano lleva dentro.





(Pieza única. Año 2010. Medidas: 80 X 57 cms. Precio $.600 dólares americanos)



lunes, 3 de abril de 2017

RODIN FUE POR CIGARROS


Ilustración y prosa de Oswaldo Mejía

(Derechos de autor, protegidos)





No sé quién ni qué soy, no sé cómo llegué aquí, pero me ha tocado ser testigo de lo que en este lugar ocurre. Quiero contarles y hacerles partícipes de lo que he podido ver. Vengan y echen una mirada a este mundillo raro y retorcido que anida dentro de mí, muy dentro de mi subconsciente.




 (Pieza única. Año 2010. Medidas: 80 X 59 cms. Precio $.600 dólares americanos)



jueves, 16 de marzo de 2017

SOY QUIEN FABRICA LA LAGRIMA

Ilustración y prosa de Oswaldo Mejía

(Derechos de autor, protegidos)


Trotando en su candidez, Florymiel retoza tomada de la mano del hombre de arcilla, el gigante de andar silencioso, el tierno titán de mirada triste y sonrisa de niño. Unos pasos y al cobijo de la seta cómplice, él lame sus graciosas orejitas de asno. El gigante de arcilla, con sus dedos de pajarillo rasga las sedas con delicadeza, mientras a lo lejos las crisálidas anuncian el reptar del brutal vendaval. Aullidos, gemidos… la aspersión humedece la noche.

Por la mañana el globo amigo verá reverdecido su jardincito y mientras desayunan… los tres reirán.

Soy la semilla que estimula florecer la jungla.

Soy la mano que acaricia el lomo de tus turgencias.

Soy el resplandor que entreabre tus parpados.

Soy quien a tus labios arrancó un “¡Oh!”

Por la tarde, el globo amigo llorará sin cesar. Florymiel y el gigante de arcilla, con un “ADIOS” que ninguno pudo pronunciar, cruzaron el umbral… y con sus aullidos y gemidos se fueron a regar otros jardines. El globo amigo quedó abrazado a su soledad, cantando el recuerdo de un desayuno con tres risas que nunca más se repetirán.



 (Pieza única. Año 2012. Medidas: 80 X 57 cms. Precio $.600 dólares americanos)



miércoles, 1 de marzo de 2017

REVUELCATE EN TU CRIPTA CENSURADOR


Ilustración y prosa de Oswaldo Mejía

(Derechos de autor, protegidos)





No hubo más que oídos ciegos mientras el hijo de la luz tarareaba un estribillo bobo. Se había sentenciado un recorrido  llano y  la musa reclamaría egoísmo.

Aunque procuró no desafinar, las lágrimas surcaron mejillas exentas de dedillos que las contuvieran. Cada lágrima vertida humedecía roca estéril.

Un cristal seguido de otro embrionaron resignación y abonaron marcas de abducción que se tornaron apéndices ¿En qué momento se volvieron remeras? No lo sé…Pero ahora el hijo de la luz tiene las valijas llenas de alas que ansían nubes donde reposar.

¿Ves que es muy fácil matar un ángel?

Más el hijo de la luz modeló su pánico y ya está listo para viajar.

Vino solo, tarareó solo, y solo empezó a aletear.

¿Por qué no aguardaste mi regreso, hijo de la luz?



(Pieza única. Año 2010. Medidas: 80 X 57 cms. Precio $.600 dólares americanos)


jueves, 23 de febrero de 2017

PAT AGUJEREÓ MI ALMA


Ilustración y prosa de Oswaldo Mejía

(Derechos de autor, protegidos)







Cabalgo desnudo entre la confusión.

Si quiero rascarme, no tengo cuerpo.

Si quiero llorar, no tengo ojos.

La musa de mi canto es la desesperación.

 

¡Locoooooooooooo!

Tu demencia soy, cógete de mí mano.

 

Cargando mis pellejos, camino hacia atrás.

Rodé por un embudo, estoy loco a rematar.

La noche es más espesa, ha huido el resplandor.

Estos gritos silenciosos han quebrado mi razón.

 

¡Locoooooooooooo!

Tu demencia soy, y he regresado por ti.



(Pieza única. Año 2010. Medidas: 80 X 61 cms. Precio $.600 dólares americanos)



martes, 14 de febrero de 2017

SE HAN AGOTADO LAS ALAS PARA ANGELES


Ilustración y prosa de Oswaldo Mejía

(Derechos de autor, protegidos)






Te necesito…

Sin importar quién eres;

Basta con que seas capaz de edificar un sueño.

¿Sabes? Ya no estaré triste.

Volví a escuchar la más dulce y deliciosa mentira:

“De aquí, hasta la eternidad”.

Sólo vine por un instante a mirar tu figura.

Y me diste más…

…La promesa de una vida lamiendo tu piel,

Y con esa ilusión, podré vivir la eternidad de este día.



(Pieza única. Año 2011. Medidas: 80 X 57 cms. Precio $.600 dólares americanos)


domingo, 29 de enero de 2017

ITINERARIO PARA OLVIDAR


Ilustración y cuento de Oswaldo Mejía

Cap. 6 del libro "Delirios del Lirio"

(Derechos de autor, protegidos)






Amigo mío,  el gran teatro del día acabó hace varias horas. El Sol se desangró y su luz ha huido, apenas si puedo distinguir tu rostro color azul. Tengo sueño y deseo recostarme entre esas piedras… mientras duermo, ellas quizás se animen a contarme de dónde vengo.

¡Amigo mío, despierta! ¿Quieres soñar lo mismo que estoy soñando?

¿Ves aquellas luces hiriendo la negrura de esta noche que se me antoja como antesala de malos presagios? ¿Ves aquella nave que acaba de descender?  Está cargada de jaulas que contienen seres muy tristes. No alcanzo a verlos con nitidez, pero calculo varios centenares de ellos. Su tristeza es tan grande que la percibo en el viento, tienen aroma a miedo y desconcierto.

Ahora sí puedo distinguirlos. Están vestidos de blanco y llevan un colgajo rojo pendiendo de sus frentes... ¿Los ves? Los que los arrean son muy diferentes, son los que poseen mandiles amarillos y guantes color naranja. Parecen no tener sentimientos ni remordimientos. No me equivoco, son crueles… Esos huelen a muerte.

¿Qué pensarán hacer con todos aquellos seres tan apenados? Los han separado en grupos, formando filas. Escasamente logro ver sus ojos en los laterales de sus rostros, no los veo claramente pero percibo que en ellos no hay lágrimas, sólo desconcierto, soledad y temor, pero todo lo asumen.

“¡Que estupidez más grande! La vida nunca deja de ser una broma cuyo único objetivo es burlarse de nuestra mísera condición de esqueletos recubiertos de músculos y huesos. Consigues harta y sabrosa comida cuando ya eres un viejo al que los médicos le prohibieron comer salado, dulce ni condimentos; y para rematar, ya no tienes dientes. Si hasta logras tener éxito luego que mueren tus padres y entonces no hay nadie detrás de ti que pueda sentirse orgulloso de tu triunfo… Quisiera reírme pero no puedo, esto duele.”

Perdona si me desvié del tema, pero me conoces de sobra; sabes que soy muy desordenado cuando me sumerjo entre los límites de la realidad y la fantasía.

Estoy acompañado de ti, soñando despierto, agazapados frente a un espectáculo de esta magnitud y no podemos compartir la visión pues no eres más que un osito de peluche azul al que se le cayeron los botones que fungían de ojitos pero bueno, aunque no puedas ver nada, al menos puedo invitarte a  acompañarme a mi sueño… o a mi pesadilla.

¡Dios mío! Los arreadores, los de mandiles amarillos y guantes color naranja están aporreándoles en la cabeza a los seres tristes de la primera fila. Uno a uno va cayendo, abatidos por los certeros golpes que esos desgraciados descargan sobre su nuca.

 ¡Esto es horrible! Muchos sangran profusamente por la nariz y la boca, retorciéndose en interminables estertores; creo que algunos han defecado pues sus traseros, repentinamente aparecen manchados de una viscosidad gris verdusca.¡

Esto es una barbarie! Mientras sus cuerpos son arrojados en ese enorme perol lleno de agua hirviente, aún continúan convulsionando. No sé si pueda soportar permanecer en la expectación de tamaña brutalidad. El agua hirviente disuelve los ropajes blancos de los agonizantes seres tristes y una vez completamente desnudos y muertos, son halados por otro grupo, también de mandiles amarillos y guantes color naranja. Para ello se valen de esos filosos garfios que parecieran ser la prolongación de sus extremidades, por la habilidad con que desarrollan su macabra labor.

¡Maldición!  Están despanzurrándolos a la vez que tragan con avidez sus tripas y vísceras para luego colgar los cadáveres de esas vigas de metal brillante mientras la matanza continua con los de las filas siguientes. Los seres tristes miran todo pero ninguno protesta ni se resiste. Pareciera que todos ellos tuvieran untada en el alma la convicción de que fueron creados con el único propósito de cumplir este designio ¿O es que Dios, o quien sea que los creó, sólo instaló en sus cerebros tristeza y desconcierto y ni una pizca de entendimiento?

¡Amigo mío, creo que los de mandil amarillo y guantes color naranja nos han visto! ¡Están mirando en esta dirección! ¡Están señalando hacia nosotros! ¡Dios, vienen hacia aquí! ¡Nos han visto! ¡Larguémonos!

¡Maldita sea! Estas ramas y el follaje nos impiden alejarnos más de prisa. Los muy desgraciados se mueven muy de prisa. Están cada vez más cerca.

 ¡OH, Dios! ¿En qué momento se me cayó Osito azul? Debo volver por él, tengo mucho miedo pero no puedo dejarlo, es mi inseparable amigo, no puedo dejarlo en manos de esos carniceros.

La enmarañada vegetación me confunde y no logro ubicar la ruta por donde vine. Debo hallar pronto a mi amiguito…

¡OH, no! Pobre Osito… Llegué tarde. Lo encontraron esos asesinos de mandil amarillo y guantes color naranja… También a él lo están despanzurrando y devoran el relleno de sus entrañas. Se le cayeron los botones que tenía por ojitos y sin embargo puedo sentir cómo me mira desde el alma al tiempo que desde su hociquito  me lanza gritos silenciosos pidiéndome que me ponga a salvo -“Vete, huye, mi destino está escrito pero por favor, déjame marchar en paz sabiendo que estás a salvo”-

No sé si fue mi imaginación, mas les juro que vi ese acuoso salitre bajar por sus mejillas. No quería abandonarlo pero tampoco negarme a su pedido. De todos modos, su suerte estaba echada… Hubiera sido inútil intentar rescatarlo.

Corro, corro…corro sin parar. Me están siguiendo esos desalmados asesinos. También deben estar ávidos de mis entrañas, creo que me quieren engullir. No paro de correr, la adrenalina que me genera el pánico me permite marchar incansablemente buscando alejarme de quienes, imagino, me persiguen.

Corro, corro…corro sin parar…

Cuando siento que mi corazón y pulmones amenazan con estallar, voy menguando mi andar, cada vez más lento... más lento… Me pesa el cuerpo, me pesa el alma… Tengo los brazos caídos y arrastro los pies… No puedo respirar…me estoy…ahogando… caigo de rodillas y me llevo las manos a la garganta… Mi conmoción es insoportable… siento una terrible irritación en la garganta… ¡Ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhh!

Meto los dedos en mi boca y descubro que hay un cuerpo extraño que se extiende desde mi laringe hasta rozarme la lengua. Lo extraigo y… ¡Pero si es una pluma blanca! ¡Está empapada con mi saliva! No comprendo cómo llegó a mi garganta pero ahora me siento mejor, me parece que estoy a salvo a pesar de que la congoja no me abandona… hui dejando morir solo a Osito azul; soy un cobarde… si bien yo le escuché decirme que me fuera, que me pusiera a salvo…no debí hacerlo ¿Qué haré sin mi Osito azul? ¿Cómo continuar el destino convenido si me falta él?

…Vaya; creo que todo fue una pesadilla…

¿Pero dónde está Osito azul?

¿…Y esta pluma blanca…?




 (Pieza única. Año 2012. Medidas: 80 X 57 cms. Precio $.600 dólares americanos)




viernes, 20 de enero de 2017

RAPSODIA DE MANOS MUDAS


Ilustración y prosa de Oswaldo Mejía

(Derechos de autor, protegidos)






"Soy un ARTISTA. Por ello tengo el rol imperativo y la facultad de inventar sueños, inquietar sensibilidades y crear mundos alternativos en las mentes de quienes asisten a la convocatoria de mi propuesta"...

 

*-¡¿Le vamos a permitir que nos contamine con su magia?!

¿Dejaremos que mordisquee nuestras mentes con sus toxicas fantasías?

¡…Maldito embustero que pretende hacernos creer que puede fabricar universos con papel; con humo…con palabras…!

¿No es más fácil apedrearle y silenciar de una vez por todas, sus predicas sobre humanizar al reptil que llevamos dentro?

¡Él es tan infeliz como nosotros!

…Sólo que el muy desgraciado, mira hacia arriba; y allí encuentra la inspiración para proclamarse “UN DIFERENTE”.



(Pieza única. Año 2010. Medidas: 80 X 64 cms. Precio $.600 dólares americanos)



viernes, 13 de enero de 2017

PLEGARIA POR EL ORATE QUE DUERME DE CABEZA


Ilustración y prosa de Oswaldo Mejía

(Derechos de autor, protegidos)






Si temes enfrentarte a tu subconsciente,

rebobina tu andar y guarece tus escamas entre la niebla.

Otros necesitan de mi espejito.




(Pieza única. Año 2010. Medidas: 80 X 60 cms. Precio $.600 dólares americanos)



viernes, 30 de diciembre de 2016

PEROL DE IDEAS SUELTAS


Ilustración y prosa de Oswaldo Mejía

(Derechos de autor, protegidos)






Llévame hacia esos lugares que dices, esos donde las flores son pintadas con lápices de colores y sus aromas provienen del aliento de bocas de miel y labios entreabiertos. Llévame allá, donde los faunos voyeristas atisban las caricias que prodigan las manos ansiosas; quiero ver esos dos soles que dan doble alegría a los pliegues de las pieles desnudas.

¿Podrías preparar sopa con esas piedrecillas azulinas que hay por doquier? ¿O sólo quieres que nos llenemos de viento y tiempo? Alguien me dijo que es bueno para exfoliar el alma…

Llévame a esos lugares que dices, donde las frutas tienen alitas de sedas y tules que vienen hacia tus manos adiestrándote para que me acaricies cuando estoy en celo. Llévame allá donde la noche cómplice permite el tanteo de tu estremecimiento; quiero correr desbocado por entre tu vientre, hurgando el cóncavo de tu cordura que tu deseo me ha de ofrecer.

¿Acaso piensas que si nos vestimos de ilusión nos importará el que nadie nos mire? ¿O crees que por cantar desafinado dejen las estrellas de brillar? Vine por un mimo y me quedé en ti.

Llévame hacia esos lugares que dices.

Llévame hacia allá.

 

Si ves que no camino de prisa, lleva a mi mente a pasear…



(Pieza única. Año 2010. Medidas: 80 X 60 cms. Precio $.600 dólares americanos)